Por años, el bullying ha sido protagonista de tragedias escolares, donde se ha lamentado decisiones de suicidio, por el excesivo acoso y violencia contra las víctimas.

Esto es común en persona, donde se ha mostrado la idea de que se golpean a los niños, roban comida, dinero, hasta que los agresores, que también son niños, quedan satisfechos.

Con la llegada de la pandemia, esto no ha cesado, pues ahora se ha potencializado el ciber acoso, por un mensaje privado en la reunión virtual, enfatizado en el peinado que anda en ese momento, o el color de camisa que viste, supongamos.

Lea: 5 razones para no vacunarse contra el covid que no tienen sentido ¿Has pensado en alguna?

Señales de alerta

Para conocer sobre algunas señales que no deben pasar desapercibidas, tunota dialogó con la pedagoga Ana Varela, quien brindó algunas señales para detectar si su hijo, amigo o familiar es víctima.

¿Cómo actuar ante el acoso escolar? En primer lugar, todo centro educativo debe dar charlas, propaganda preventiva, concientizando a toda la comunidad educativa (estudiantes, docentes y padres de familia) sobre el acoso escolar, cuáles son los actores, consecuencias, señaló Varela.

Por lo que, al existir un caso se debe realizar una atención individualizada con la víctima, brindando la confianza para poder conocer el nivel de daño psicológico que pudiese poseer, (citas con Psicólogos -aún virtuales-).

En ese mismo lapso de tiempo, hacer citas con el padre de familia, informarle la situación y remitirlos con el psicólogo para hacer terapia familiar y que se le instruya para saber cómo ayudar al acosado.

Vea: 5 formas de ayudar a una persona con depresión ¡Toma nota!

Finalmente, someter al proceso psicológico al agresor juntamente con la familia para lograr que deje de realizar esas acciones.

El 99 por ciento de los casos de acoso escolar es porque "el agresor" es víctima de violencia en casa o lo fue y es un patrón que trae.

¡Observar!

1.Nerviosismo. Esta señal se hace presente al momento de tocar temas de escuela o es el momento de la reunión virtual.

2.Pérdida de materiales o rotura de los mismos de manera continua. Esta señal es clave, obviamente más notoria en clases presenciales. Sin embargo, se puede observar en trabajos grupales virtuales con la exclusión por maldad de las víctimas.

3. Malestares como dolor de cabeza y estómago bastante recurrentes. Estos pueden ocurrir o simplemente ser una excusa para no asistir a la clase que ya tiene pactada para la hora según horario con docente.

4.Prefieren trabajar solos, jugar solos. La exclusión es una alarma, aunque, algunos niños prefieren trabajar solos, para evitar contacto, aunque sea por mensajes de texto.

5.Irritabilidad. Permanecen molestos con cualquier situación, por mínima que sea, por lo que hablar y pedir ayuda profesional es lo ideal.

6.Niños sumamente sumisos, sin libertad para expresarse. Hay temor por encender el micrófono y participar en la clase, por una represalia o burla de los agresores.

7.Miedo. Este es evidente y es lamentable llegar a ese punto, por lo que hay que actuar de inmediato.

8.Baja autoestima. Verse al espejo y que un niño desprecie lo que ve y se diga adjetivos hirientes a sí mismo, es una gran alerta, pues alguien tuvo que haber dicho eso para que él lo replique con certeza.

Este es un artículo de la versión impresa de tunota. Lea más noticias relacionadas.