Saltar la cuerda es una de las prácticas que implican la resistencia física con la que se tiene un contacto mayor a temprana edad.

Pues una cuerda suele ser un obsequio de los padres a los hijos, con la finalidad de que estos se ejerciten y quemen la energía que pueden acumular y les permita un descanso placentero.

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Practicar un deporte sea en casa o fuera de ella, en un espacio seguro y con las medidas de bioseguridad, por el Covid-19, siempre será una recomendación acertada por parte de expertos en la salud integral, nutricionistas, y educadores de la física.

Mismos que son los promotores de diferentes técnicas que pueden ser útiles para mantener la salud en buenas condiciones.

Ejercicio cardiovascular

Sin embargo, el impacto de saltar la cuerda va más allá que una simple diversión, pues se ha comprobado que es una práctica deportiva popular.

Y, al realizarla de forma frecuente, o, adoptarla como una práctica diaria, puede dejar diferentes beneficios al cuerpo humano, y también a la salud mental.

Esta actividad involucra diferentes grupos musculares lo que significa que habrá una tonificación y pérdida de grasa acumulada, convirtiéndolo en buen ejercicio cardiovascular y de los más fáciles de practicar cuando se tiene el conocimiento debido.

Es por eso, que expertos comparten en portales de salud física diferentes técnicas y recomendaciones útiles para ejecutarlo.

¡Recuerda esto antes de saltar la cuerda!

1.No saltes muy alto y procura hacerlo de punta. Es normal que al comenzar los entrenamientos saltes muy alto, pero esto no es recomendable.

Lo ideal es que sea un movimiento rítmico que se haga con saltos pequeños y estos puedan ser controlados. Para evitar golpes fuertes lo mejor es saltar con las puntas de los pies.

2. Medir longitud de lazo. Esto es esencial para lograr una buena coordinación de salto y, por ende, un mejor resultado.

Puedes medir la cuerda al poner un pie un poco más adelante de la línea del eje y con él se pisa la cuerda. Ya sea que se quiera que esta llegue a la altura de la costilla, pecho o el hombro.

3. Escoger una rutina. Se puede comenzar con una rutina libre, saltos sin orden, pero a medida avanza, se pueden implementar saltos con un pie adelante y otro atrás, como tijera.

Lo ideal es alternar para tener un mejor resultado.

Este es un artículo de la versión impresa de tunota. Lea más noticias relacionadas.