El Congreso Nacional tuvo un comportamiento deplorable, dice el analista Saúl Bueso.

Para el abogado, los espectáculos que a lo largo del 2022 se dieron en el Hemiciclo reflejan que no apuestan por el desarrollo del país.

Predominó el zafarrancho y no los consensos.

“Es condenable que no se pongan de acuerdo, que usen el zafarrancho. No solo rompen mociones, sino también protocolos de ética”, lamentó el analista.

Esas actuaciones no solo reflejan el desconocimiento, sino que dejan a la deriva a un país ante la falta de consensos.

El ejemplo más reciente en el Congreso Nacional es la falta de voluntad para aprobar el presupuesto general 2023.

“Preocupa que ese presupuesto lleve artículos que permiten a los secretarios de Estado hacer compras directas”, comentó Bueso a tunota.

Para el abogado, esa medida solo impulsa una de las grandes iniciativas "refundacionales".

“Esas partidas confidenciales o discrecionales o como le quieran llamar, son una invitación para que la gente se robe el dinero del pueblo hondureño”, concluyó.

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Incertidumbre

Para Ismael Zepeda, economista del Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh),
no aprobar el presupuesto es algo grave que genera gran incertidumbre al país.

“El Gobierno va a intentar minimizar esta situación, pero en la Constitución está claro: debe aprobarse el presupuesto a más tardar el 31 de diciembre”.

De no hacerlo, advierte que hay implicaciones políticas, sociales, financieras muy graves y tendría que continuarse con el presupuesto del 2022.

“Se afectarían los temas de compras y adquisiciones.

También a Salud, Educación, el tema energético, que al no aprobarse, no podría tener ese gran presupuesto y trasladarlo a la ENEE”, señaló Zepeda.

Entre otros afectados están también los médicos y enfermeras, porque no se les podrá pagar los sueldos y salarios, dijo.

“El incremento de salario para los maestros también se vería afectado. Por eso no aprobarlo es algo muy grave.

Se estaría dando paso a que se deterioren aún más las relaciones, la confianza,
la credibilidad con los organismos internacionales”, señaló.

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Consecuencias económicas y sociales

Para Alejandro Kaffati, analista económico, no aprobar el presupuesto generará graves consecuencias tanto en materia económica como social.

“Los programas y el apoyo social que tenía planeado el Gobierno se verían afectados y estos programas tenían que ser mejorados y transparentes.

Pero son ayudas que apaciguan las situaciones económicas del 75% de los hondureños que están en condiciones de pobreza y pobreza extrema”, manifestó.

Pero no aprobar el presupuesto impacta porque los organismos internacionales no podrían prestarle el dinero a Honduras para apoyo.

“Podría ponerse en peligro un posible acuerdo entre el FMI y el Gobierno.

Para avanzar en temas de responsabilidad fiscal, reducción del gasto y estabilización de la deuda pública”, enfatizó Kaffati.

La consecuencia más importante es que se priva al sector privado y sociedad civil de conocer de manera transparente cómo se ejecutan los fondos.

El Poder Ejecutivo tendría una excusa para usar fondos de manera discrecional si no se aprueba el presupuesto 2023.