"¡Fernanda!, ¡Fernanda!, ¡hija!, gritó tres veces seguidas Karen López al cuerpo de su pequeña hija, Fernanda López, que yacía sin vida dentro de un ataúd. Fue el último adiós, el entierro realizado el viernes en el cementerio municipal de Goscacorán, Valle, sur de Honduras, para la infante que murió a los 11 años esperando un trasplante de corazón en España.
"¡Lamame Fer!, llámame, ¿por qué te me fuiste?", cuestionaba en sus lamentos Karen López justo antes de ser trasladada al camposanto este viernes.
Cuando el féretro era trasladado al cementerio, Karen López recordó el "mami, venga" que le decía su niña para llamarla.
"No olvidaré cuando escuchaba: mami, venga", decía mientras los seres queridos presentes en el lugar trataban de controlarla. "Cálmate, Karen, cálmate por favor", le decían, pero no lograban controlar el sufrimiento la madre.
En el mismo sentir se encontraba el progenitor de Fernanda López, Francisco Mejía, pero trataba de demostrar firmeza para transmitir fortaleza a sus otro pequeños hijos.
Finalmente, Fernandita fue enterrada al rededor de las 11 de la mañana en medio del dolor, la consternación y la tristeza sus familiares le dieron el último adiós.
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Sobre Fernanda
Fernanda López, mejor conocida como Fernandita, era originaria de la zona sur del país, precisamente de Goascorán Valle.
A su corta edad le descubrieron miocardiopatía restrictiva. Luego de practicarle varios análisis y estudios en centros hospitalarios hondureños, los especialistas llegaron a la conclusión que la pequeña necesitaba de un trasplante de corazón.
Para su mala fortuna, en Honduras no se realizan ese tipo de cirugías, pero eso no representó un obstáculo para Karen y Francisco ,pues lograron conseguir una esperanza en España.
Con la fe puesta en Dios, empacaron la esperanza en la maleta y se marcharon a Madrid, España, en busca del nuevo corazón. Llegando a la ciudad, todo comenzó a marchar bien, pues el Hospital Infantil de Madrid recibió a Fernanda, le hicieron los análisis y finalmente estaba a la espera de la cirugía.
Sin embargo en un abrir y cerrar de ojos el corazón de la pequeña dejó de latir la mañana del 30 de junio en un hospital español.
Entre los grandes sueños que tenía la pequeña sureñita por cumplir contados a tunota.com era lograr ser una doctora, "para ayudar a los niños enfermos", pero el más latente era, "sanarme para tener una vida normal".
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