Su apariencia física resalta las marcas que la vida le ha dejado, mientras su corpulencia impone presencia, denota rudeza y generó incluso temor en más de alguno que lo tuvo frente a frente.

Esas son algunas de las características que representan a Juan Carlos Bonilla “El Tigre” Bonilla, exjefe de la Policía Nacional entre 2012 y 2013; que fue capturado y solicitado en extradición por Estados Unidos.

Bonilla logró ascender como la espuma a lo largo de su trayectoria policial. Fue entre 2011 y 2012 que alcanzó su apogeo con rotativos nombramientos en las jefaturas departamentales de Cortés, Santa Bárbara y Copán.

“El Tigre” alcanzó su más alto cargo en mayo de 2012 cuando el expresidente Porfirio Lobo Sosa lo nombró director de la Policía Nacional en sustitución de Ricardo Ramírez del Cid.

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Con este último, Bonilla mantuvo una de las más grandes polémicas de su carrera, luego que Ramírez del Cid lo acusara de participar en la muerte violenta de su hijo; debido a que fue visto en el mismo lugar del asesinato antes que ocurriera el crimen.

Poco más de un año ejerció en el cargo cuando fue destituido a finales de 2013; antes de la gestión del expresidente Juan Orlando Hernández. Posteriormente, Bonilla se iría en la cola de los “depurados” en junio de 2016.

Señalamientos en Cortes de Nueva York

Sería hasta julio de 2019, cuando en el marco del juicio del excongresista, Juan Antonio Hernández; su nombre comenzó a figurar en documentos de la Fiscalía de Nueva York, conde lo identificaban como “CC-7”.

El escrito de la Fiscalía de Nueva York indicaba que los hermanos Hernández Alvarado fueron los encargados de promover su ascenso en la Policía Nacional.

En mayo de 2020 la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York y la Administración de Control de Drogas​ (DEA) notificó que “El Tigre” tenía acusaciones por conspirar para importar cocaína a Estados Unidos.

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Asimismo, delitos relacionados con armas de fuego; puesto que se detectó que era parte de una violenta conspiración de narcotráfico en nombre del expresidente y su hermano; en la que supuestamente cometió varios asesinatos de cárteles rivales.

Según los fiscales norteamericanos Bonilla permitía que los cargamentos de cocaína lograran pasar por las postas policiales sin ningún tipo de inconvenientes e inspección.

De igual forma, indica que brindaba información a las organizaciones de criminales sobre los trabajos aéreos y marítimos para que pudieran establecer rutas alternas.

Aunque él siempre negó toda acusación y defendió su inocencia, lo cierto es que enfrentará un proceso judicial que mantiene a la sociedad hondureña con mucha expectativa.