Han pasado cerca de 70 años desde aquella histórica huelga de 1954, y las luchas de reivindicación por parte de la clase trabajadora en Honduras parece nunca terminar, en medio de una crisis institucional, los trabajadores vuelven a las calles a exigir que se les cumpla una serie de demandas que van desde salarios justos, cumplimiento de contratos y el respeto a sus derechos laborales.

Lejos de representar los intereses de clase, la dirigencia sindical de Honduras ha entrado en una mayor decadencia, en una pérdida de su identidad y en la falta de iniciativa para renovar su discurso y reivindicar sus conquistas sociales y económicas.

El sindicalismo como institución es cuestionado desde la sociedad civil por su insuficiente capacidad de articulación social, su limitada fuerza gremialista y su deficiente representación de los intereses públicos y sociales de los trabajadores.

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El debate está abierto con motivo de la celebración del Día Internacional del Trabajo y la recién derogada Ley de Empleo por Hora, la cual se enmarca en una discusión más amplia sobre el papel histórico de los sindicalistas en el país.

Protesta de trabajadores

Los primeros cien días de Xiomara Castro, como nueva presidenta de Honduras han transcurrido entre protestas de empleados de la salud, educación y del sector eléctrico exigiendo acuerdos de nombramiento que no lograron con la pasada administración, según sus peticiones.

La dirigencia sindical en Honduras, pese a compartir pensamientos similares con el actual gobierno, no ha logrado frenar la ola de manifestaciones que se han desatado en diferentes puntos del país, especialmente, por parte del personal de salud que ha estado durante la pandemia luchando en primera línea contra el mortal covid-19.

A criterio del reconocido asesor sindical, Jonathan Rainer Ríos, de origen chileno, el principal desafío de un dirigente debe ir enfocado a los intereses del trabajador y no usar el puesto sindical para malversar fondos junto a sus patronos.

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“En la mayoría de los países de América Latina, las principales direcciones sindicales son parte del gobierno de turno, en ese sentido, existe un conflicto fuerte porque las decisiones no pasan a través de las discusiones de los trabajadores  en las asambleas de base, si no, directamente desde el gobierno, lo que se convierte en sindicalismo gubernamental, señala Rainer Ríos.

Sindicalismo y política

En Honduras, los censos sindicales realizados por diferentes sectores, indican que históricamente el sindicalismo en nuestro país, ha estado influenciado en lo político, en su mayoría, por las corrientes de izquierda, más que por el sindicalismo patronista, lo que implica una concepción del Estado esencialista o asistencialista.

De acuerdo a expedientes judiciales, al menos una veintena de dirigentes sindicales del país han enfrentado procesos penales por malversación de caudales debido a la mala administración de recursos en las organizaciones obreras.

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Otros dirigentes se han enfrentado a la justicia hondureña  por abuso de autoridad y violaciones a los deberes de los funcionarios públicos mientras sustentaron cargos en la administración pública.

Sindicalismo gubernamental

En el sistema educativo, es elevado el número de dirigentes sindicales que se han aprovechado de sus posiciones para ocupar cargos durante el gobierno de turno,  por muchos años ha quedado al descubierto las debilidades estructurales históricas del movimiento sindical en Honduras y su fortaleza en cuanto al actor político nacional.

En el sector salud, si bien algunos dirigentes sindicales no han ejercido cargos ministeriales en forma  directa, si influyeron en la conformación de los ámbitos de gobierno al patrocinar figuras que eran de su confianza. 

Dado lo anterior, los espacios de representación sindical en la política se han visto señalados por actos de corrupción, dejando a un lado el interés por la clase obrera.

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Para Carlos H. Reyes, ex presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de las Bebidas y Similares “Todo movimiento social es político” los sindicalistas tienen derecho a participar en la política sin utilizar las bases como escalera.

“Lo que ha sucedido con la mayoría de los dirigentes sindicales es que han participado en partidos políticos en función de sus intereses personales a través de cargos en las administraciones públicas, subraya Reyes.

Funcionarios y dirigentes de sindicatos

De su lado, el sindicalista obrero José Luis Baquedano, no comparte que los dirigentes que actualmente son diputados, sigan manteniendo una posición al interior de  las dirigencias sindicales.

Entre tanto, Ernesto Domínguez, miembro del sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, tras el golpe de estado de 2009, los movimientos sindicales han tenido que realizar alianzas con otros sectores para poder reivindicar las exigencias de la clase trabajadora.

Finalmente, Mauricio Corrales,  quien pertenece al Sindicato de Trabajadores del Hospital Escuela la pérdida de credibilidad en los dirigentes sindicales es porque no cumplen con el rol de defender los derechos de los trabajadores.

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