La ex primera dama de Honduras, Rosa Elena Bonilla de Lobo, rompió en llanto al llegar a la iglesia Medalla Milagrosa del barrio San Felipe de Tegucigalpa, donde se oficia una misa en memoria de su hijo Said Lobo Bonilla, víctima de la masacre registrada el jueves en la capital hondureña.
Con su rostro desencajado, Bonilla ayudó a llevar el féretro de Said hasta el frente del altar de la iglesia para la misa previo a su sepelio que será en el cementerio de la aldea El Chimbo, de Santa Lucía, Francisco Morazán.
Said Lobo, su chófer y dos amigos fueron asesinados el jueves 14 de julio cuando salían de una discoteca en un edificio comercial del barrio Morazán de Tegucigalpa.
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Las autoridades policiales investigan a la Mara Salvatrucha, MS-13, como la responsable de perpetrar la masacre a eso de las 2:00 de la mañana del jueves.
La Policía Nacional ya capturó a dos supuestos implicados en la masacre y localizó uno de los dos vehículos en que se habrían conducido los presuntos criminales.
Bonilla dará el último adiós a su hijo tras recibir el jueves un permiso de 24 horas para salir de la Penitenciaría Nacional de Mujeres, donde guarda prisión por delitos de corrupción.
A la ex primera dama se le condenó en marzo, en un nuevo juicio, como coautora de un delito de fraude y uno de apropiación indebida en el caso de corrupción "Caja chica de la dama". La Fiscalía pidió una pena de 16 años de cárcel para Bonilla.
En febrero de 2019 el Tribunal de Sentencia condenó a 58 años de prisión a la ex primera dama por apropiación indebida y fraude.
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