A un millón 500,000 alumnos llega la matrícula para el período 2022, indica un reporte actualizado de la Secretaría de Educación.

Hace dos semanas, apenas estaban inscritos 355,000 estudiantes, lo que quiere decir que ha habido un alza de más de 300 por ciento, pero no lo suficiente para alcanzar la meta de regresar a las aulas a dos millones y medio de niños y jóvenes.

El informe de la cartera ministerial de Educación resalta que los departamentos de El Paraíso y Copán son los términos donde más alumnos han sido matriculados para el curso escolar de este año, en un rango entre el 72 y el 81 por ciento de la cobertura del período anterior.

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En el otro extremo, Santa Bárbara aparece con el número más bajo de estudiantes inscritos, pues solamente cuatro de cada diez niños y jóvenes que estaban matriculados antes de la pandemia han regresado a sus actividades académicas.

En el resto de los departamentos del país, el registro de alumnos se sitúa en los niveles medianamente aceptables dentro de los objetivos de reanudación de las clases presenciales.

¿Dónde está el otro millón de menores que no aparecen en la lista para el actual año lectivo y que forman parte de los "excluidos" por el mismo sistema de enseñanza público? Son los pequeños hondureños que abandonaron las escuelas y los colegios cuando se implantó el esquema virtual a causa de la emergencia sanitaria.

Independientemente de que a la fecha se haya alcanzado una población de un millón y medio de niños, no será posible traer de vuelta a todos los estudiantes que asistían antes de la pandemia de covid si no se cumplen dos condiciones: masificar la cobertura y acelerar los trabajos de reparación y de reconstrucción de los centros escolares.

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Los departamentos de Francisco Morazán y Olancho figuran como los comprendidos donde casi toda la infraestructura escolar está destruida.

Entre los dos suman alrededor de 2,400 establecimientos que deben ser reconstruidos y en Cortés se cuentan 800 centros de enseñanza que no están habilitados para restablecer el encuentro entre alumnos y docentes.

Hasta 2014, el país requería de un financiamiento de 270 millones de dólares (6,658 millones de lempiras, al cambio de hoy), para tales trabajos de reacondicionamiento. La cifra es mucho más elevada a esta fecha.

La estrategia que se ha formulado para el corto plazo se fundamenta en la matrícula masiva y en el involucramiento de los funcionarios de los gobiernos locales en la vida escolar de las localidades, sin contar con la necesidad de readecuar el presupuesto dirigido al sector educativo.

Lo que hay que entender es que la educación es la piedra angular del progreso de Honduras y que todos los esfuerzos tienen que apuntar a volver a las aulas, rescatar los años que se han perdido en aprendizaje; y, sobre todo, elevar la cobertura y la calidad.

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