El aumento en el precio de los alimentos, especialmente los industrializados, y el alza en las colegiaturas, influyen principalmente en la inflación en el primer trimestre de esta año.

El Índice de Precios al Consumidor aumentó en 0.35 por ciento en el mes recién pasado. Derivado de ello, la inflación acumulada en el período enero-febrero fue de 1.57 por ciento y la interanual ha llegado a 6.3 por ciento.

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El valor de los alimentos, los servicios de educación, los artículos para la conservación del hogar, el transporte, el cuidado personal, la salud, de las prendas de vestir y calzado y del agua, electricidad, gas y otros combustibles, apunta un reporte del Banco Central.

Los productos cuyo costo se disparó más velozmente son el café, la harina de trigo, la manteca, las tortillas y los lácteos, mientras que algunos tubérculos frutas, huevos y carnes mostraron alguna rebaja.

Los precios en el rubro de la educación se incrementaron en 8.7 por ciento, seis puntos arriba de lo que se reportó en el primer bimestre de 2021. Esto se explica por el ajuste en las colegiaturas en el sector privado formal y no formal.

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Los rubros del alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles experimentaron un alivio de cuatro por ciento, debido al subsidio otorgado a ciertos grupos de abonados residenciales de bajo consumo, que entró en vigencia en febrero de 2022. Pero el alquiler de vivienda, gas querosene y LPG subieron en su costo.

El análisis del Banco Central detalla que en febrero los precios ascendieron en casi todas las regiones, excepto en el oriente y en el norte, donde el costo de vida subió entre 0.05 y 0.12 por ciento.

Por su parte, la mayor variación se registró en las regiones sur, con 0.70 por ciento, y el centro con 0.63 por ciento, sobre todo en la educación, alimentos y bebidas no alcohólicas.

En menor proporción aumentaron los índices de precio en las regiones norte-metropolitana y occidental. La confrontación bélica en el este de Europa ha despertado la alarma respecto a la escalada sin freno en la cotización de los derivados del crudo.

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Los expertos dicen que Honduras será uno de los países que sufrirá las más graves consecuencias: los carburantes se irán a las nubes y con ello la inflación podría tener un comportamiento salido de todo orden.

De entrada, la capacidad adquisitiva de la mayoría de los hondureños se ha perdido en al menos diez por ciento y esa brecha se ampliará si el precio internacional del petróleo sigue presionando sobre las finanzas nacionales y el costo de bienes y servicios que siempre golpea fuerte a la población.