Todos hemos escuchado acerca de los siete pecados capitales en un sentido religioso. Pero también los podemos cometer en nuestras finanzas personales.
El mal uso del crédito puede afectarnos a nosotros y a otras personas, mientras que un buen historial de crédito nos puede ayudar a ahorrar.
Evitar estos pecados podría hacer que tengamos más holgura:
1.Lujuria: Si buscamos constantemente cosas como ropa de última moda o los juguetes más increíbles para nuestros hijos, este pecado es nuestro. Perder el autocontrol y derrochar sin tomar en cuenta nuestro presupuesto, puede significar que gastemos dinero que podría servirnos para pagar las cuotas de nuestros préstamos.
Forma de evitarlo: Varios estudios muestran que la gente gasta más dinero cuando paga con tarjeta de crédito. El efectivo en nuestras manos se siente más valioso, por lo que somos menos propensos a gastarlo. Por eso, la próxima vez que queramos comprar algo “lujurioso”, esperemos un par de días y paguemos con efectivo.
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Otros pecadas en el crédito
2.Pereza: Es tentador no revisar nuestro estado de cuenta para hacernos la idea de que no existe. Pero es posible que tenga errores que después afecten nuestro historial crediticio.
Qué hacer: Revisemos nuestro estado de cuenta y verifiquemos que los datos de los consumos y pagos sean correctos. También podemos pedir un reporte de la Central de Riesgos para asegurarnos que no contamos en ella por algún error producido en nuestros estados de cuenta.
3. Ira: El dinero despierta las emociones y estas estimulan los gastos. Si estamos enojados o frustrados por algo que nos ha sucedido, de manera inconsciente buscamos
comprar para complacernos a nosotros mismos. Pero este sentimiento de “yo lo merezco” puede hacer explotar nuestro presupuesto.
Forma de evitarlo: Reconozcamos qué cosas disparan nuestras ganas de gastar dinero. ¿Un mal día en el trabajo? ¿La oferta tentadora de un almacén? Si identificamos lo que nos hace gastar dinero en exceso, podremos evitarlo.
4.Envidia: Todos hemos comparado alguna vez nuestras cosas con las cosas que tiene nuestro vecino. Estas comparaciones hacen que queramos tener lo que otros tienen
y eso puede hacernos gastar más de lo que podemos “para aparentar”. Qué hacer: Descubramos si tenemos esta tendencia a comparar y trabajemos en las raíces de nuestros celos.
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