En los momentos de tribulación, Ana Paola Hall (El Progreso, 1974) siempre enfoca sus ojos verdes hacia un cuadro colgado en la pared de su oficina y retoma energías.

Su mirada se clava en un retrato de su fallecida abuela paterna, la profe "Conchita", y "siento fuerza, como si ella me estuviera hablando a través de esa fotografía", confiesa la consejera propietaria del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Hall ocupa un cargo que la mantiene constantemente en el ojo del huracán: ser parte de la dirección de un ente creado para administrar procesos electorales, que en Honduras se convirtieron en cíclicos conflictos políticos-partidarios.

Asumió el puesto en septiembre de 2019 en el recién creado CNE que sustituyó al Tribunal Supremo Electoral (TSE), luego de unas convulsivas elecciones generales de 2017.

La justa comicial, que ganó el presidente Juan Orlando Hernández y que le permitió un segundo mandato consecutivo de cuatro años que culmina en 2022, fue empañada por denuncias de fraude que nunca fueron probadas, pero que generaron una polarización social que no ha sido resuelta.

En diversas comparecencias públicas, Hall, de afiliación liberal, se ha mostrado retadora cuando le ha tocado defender algunas posiciones, incluso, opuestas a las de sus dos compañeros de pleno; reacciones que contrastan con la "timidísima" niña que confiesa que fue, pues "pagaba por no hablar".

Pero ser introvertida no le impidió "cruzar el mundo", como define el esfuerzo que hizo cuando tenía 21 años para estudiar un doctorado en Derecho Penal y Derechos Humanos en la Universidad de Salamanca, en España.

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"Era una niña, pero estaba segura de que quería estudiar afuera y tener una formación académica sólida", remarca la profesional del Derecho de 47 años y madre soltera de tres hijos, que "son el amor de mi vida".

Hall, oriunda de El Progreso, Yoro, repasó, en una entrevista con En Primera Plana de tunota.com, algunas vivencias de familiares, su visión de la vida y sus retos.

Pregunta: ¿Cómo llegó a convertirse en consejera propietaria del CNE?

Respuesta: Fue la primera vez que opté a un cargo público de esta naturaleza, donde una es seleccionada por el Congreso Nacional. En esta ocasión, considerando lo que había ocurrido en las elecciones pasadas (generales de 2017), me di cuenta de que, para lograr un cambio, había que dejar de criticar desde afuera. Es fácil criticar, pero a la hora de la hora casi nadie se quiere involucrar en los cambios. Entonces di un paso oportuno como ciudadana y como mujer con voluntad de hacer las cosas bien.

P: ¿La llegaron a criticar?

R: Sí, por supuesto que me juzgaron. Decían que no tenía bagaje político. Dicen que los diputados me decían "curriculum de oro" y murmuraban "a ver si es tan buena cuando esté acá, en la entrevista". Sin embargo, desde un inicio consideré que era bueno y sano que una persona con una trayectoria diferente luchara.

P: ¿Confió en que sería seleccionada?

R: Presenté mi currículum y no le dije nada a nadie. Luego empezó a trascender en las noticias mi aspiración. Pero, internamente, mi motivación para participar también tuvo mucho que ver para asumir este reto en un momento crucial del país, así como, el convencimiento de que, aún con mucha dificultad, las cosas se pueden hacer. Posteriormente, la bancada del Partido Liberal me contactó y recibí su respaldo.

P: ¿Ha sido una tarea complicada estar al frente de este proceso electoral?

R: Totalmente. Teníamos que dejar atrás una página y comenzar a escribir una nueva historia. Ha sido complicado y ha implicado muchos retos. No resulta sencillo vencer una desconfianza ciudadana que no juzgo, que comprendo. El contexto que como CNE hemos tenido que enfrentar no ha sido favorable, Pandemia, huracanes, obstáculos políticos. No obstante, todo, todas las dificultades que implican estar enfrente del proceso electoral existe voluntad, esfuerzo y fortaleza para sacarlo adelante. 

P: ¿Y con los medios de comunicación cómo le ha ido?

R: Al inicio fue difícil, los medios de comunicación también han sido un tema complicado para mí. No estaba acostumbrada a la exposición mediática. Pero, más allá de eso, el verdadero reto ha sido la herencia que nos dejó el antiguo Tribunal Supremo Electoral (TSE), constantemente nos comparan con el equipo de 2017. Pero debo ser contundente: el CNE no es el ex de TSE, estamos del lado del pueblo y se respetará su voluntad. Debemos ser consientes de que tampoco una elección bastará para romper años de desconfianza no solo los entes electorales, sino hacia todas las institucionalidades, pero continuamos trabajando firmemente en cumplimiento de nuestro deber, que es garantizar elecciones limpias y pacíficas.

P: ¿Cómo califica el proceso primario de marzo?

R: Fue complicado, pero posible. Y le digo, viéndolo a los ojos con total convicción, que ese proceso lo sacamos porque existimos personas que decidimos liderar fuera de los despachos y exponer salud y vida para lograrlo. Usted puede preguntar dónde estuvo la presidenta en las elecciones primarias, estuve siempre con la gente, trabajando sin descanso para sacar avante el proceso.

Se nos enfermó con covid-19 más del 70 por ciento del personal, incluso cinco compañeros perdieron la vida en el proceso primario. También nos aprobaron tarde el presupuesto, la Ley Especial de Compras y Contrataciones y nos permitieron bastante tardíamente el uso de las instalaciones de INFOP. Estuve trabajando a tiempo completo para vencer todo esto y creo que las elecciones salieron adelante gracias a la fuerza de voluntad de nuestro equipo. Y, aunque hubo muchos temas perfectibles, debe reconocerse que contra todo pronóstico hubo elecciones, aún con todos los obstáculos que existieron.

La consejera del CNE, Ana Paola Hall, también fue parte de la MACCIH. Foto: Henri González / tunota.com

P: ¿De qué factores dependerá que el 28 de noviembre resulte ser un día exitoso?

R: Es una corresponsabilidad. A nosotros nos corresponde la organización y la administración del proceso, pero también hay otras instituciones que desarrollan un papel importante antes, durante y después. Entre ellas están las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. No solo depende del CNE. También es una responsabilidad que recae sobre los partidos políticos, los medios de comunicación y la sociedad civil. Es necesario avanzar juntos hacia un proceso limpio, participativo y pacífico. 

P: ¿Cómo es la comunicación con sus compañeros, Kelvin Aguirre y Rixi Moncada?

R: Es una comunicación fluida y permanente. Como integrantes de un órgano colegiado, debatimos y asumimos posturas que no siempre coinciden, cosa que es natural en este tipo de instituciones. Lo importante es que los tres coincidimos en ir adelante con el proceso electoral y que tomamos las decisiones por unanimidad o por mayoría de acuerdo con la Constitución y a La Ley. 

P: Leí que estudió su doctorado en la Universidad de Salamanca y que dictó cátedra en universidades de Colombia. ¿Qué le dejó esa experiencia?

R: Un enriquecimiento profesional y humano. Mire, yo me fui con 21 años a hacer el doctorado, sólo salí de la universidad y apliqué a una beca. Iba de embajada en embajada, para ver qué becas estaban habilitadas. Era una niña, pero estaba segura de que quería estudiar afuera y tener una formación académica sólida. Siempre fui inquieta académicamente y eso le he inculcado a mis hijos.

En España fueron cinco años de estancia presencial. Mi director de tesis fue Ignacio Berdugo, un penalista muy reconocido en ese país y entonces Rector de la Universidad de Salamanca. Posteriormente, a los 26 años, me doctoré. Fui la segunda persona más joven en doctorarse en Derecho Penal y Derechos Humanos en esa universidad. Fue un reto por mi corta edad, pero con mucha disciplina y estudio lo logré. 

P: ¿A Colombia cómo llegó?

R: Fue mi primer trabajo y se dio gracias a un convenio entre la Universidad de Salamanca y la Universidad de Ibagué. Ignacio Berdugo tiene una particularidad muy interesante y es que él ama a Latinoamérica. A partir de ello, ha hecho muchos convenios y ha impulsado mucho intercambio académico. Así llegué.

Fue una experiencia interesante, tuve estudiantes que me preguntaban de todo y eso me hacía empeñarme en preparar mis clases. Fui profesora de tiempo completo en la Universidad de Ibagué y editora de la revista jurídica en la Facultad de Derecho. Hice mucha investigación con jóvenes. A mí la docencia me ha apasionado siempre, acá también di clases en la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec y Ceutec) durante 13 años.

P: Trabajó mucho tiempo en el Ministerio Público, ¿verdad?

R: Sí. Yo inicié en el Ministerio Público en diciembre de 2003 y permanecí allí hasta el 30 de diciembre de 2016. Amo esa institución, es otra casa para mí. Trabajé con todos los fiscales generales, a excepción de Edmundo Orellana Mercado, a quien he tenido el honor de conocer. Laboré con fiscales generales como Roy Medina, Ovidio Navarro, Luis Alberto Rubí, Leónidas Rosa y Óscar Chinchilla, el actual fiscal general.

P: ¿Qué trabajó desempeñó?

R: Asesoré casos complejos en materia de corrupción, crimen organizado y delitos contra la vida. Además, fui subdirectora de la Escuela de Formación de Fiscales, que fue un sueño desde que entré al Ministerio Público. Lamentablemente, me tocó ver caer a muchos compañeros míos, fiscales que murieron asesinados. Marlene Banegas y Patricia Eufragio, dos amigas mías. También al fiscal Orlan Chávez, entre otros. Fue una experiencia muy fuerte, pero todo eso contribuyó a convertirme en la persons que soy. Somos un producto de las experiencias y no de los títulos.

P: ¿Y en la MACCIH?

R: Desde la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) me contactó Jan-Michael Simon, uno de los primeros representantes que llegó al país. Fui la primera hondureña que llegó a la MACCIH y la única que integró la unidad de investigación. Estuve allí durante dos años, el tiempo de licencia que otorga el Ministerio Público para ir a otro lado y luego regresar a la Fiscalía.

A los 21 años, Ana Paola Hall viajó a España a estudiar un doctorado. Foto: Henri González / tunota.com

P: ¿Cómo recuerda ese momento de su vida?

R: Fue una etapa con experiencias interesantes. Tenía compañeros de muchas partes de Latinoamérica que traían su bagaje y creo que la oportunidad de conocer nuevos métodos de investigación fue algo gratificante. Esos dos años fueron intensos y positivos.

P: ¿Fracasó la MACCIH?

R: No, no, no (…) la MACCIH no fracasó. La MACCIH vino (de 2016 a 2020) al país porque existió voluntad política para que así ocurriera. Cuando esa voluntad desapareció, la MACCIH se fue.

P: ¿La lucha contra la corrupción y la impunidad debería ser responsabilidad de la institucionalidad?

R: La cooperación internacional evidentemente es importante y las visiones de otras personas siempre contribuyen. Yo destaco el papel que desarrolló la MACCIH, varias personas somos conscientes de que vino a consolidar muchos conocimientos. No obstante, ante todo, siempre defenderé la institucionalidad del país. Somos los hondureños quienes tenemos que buscar solución a los problemas que hemos creado, por acción u omisión, durante mucho tiempo. Creo que todos tenemos responsabilidad sobre el estado actual de las cosas.

P: ¿Cuánto tiempo vivió en El Progreso?

R: Viví toda mi infancia allá. Hasta aproximadamente la mitad de la carrera en la universidad. Luego viví en San Pedro Sula. Cursé la carrera en poco tiempo, me centré mucho en mis estudios.

Ana Paola Hall tiene un retrato de su abuela paterna, María Concepción, en su oficina y asegura que, cuando lo mira, le sirve de inspiración para enfrentar momentos difíciles. Foto: Luis Escalante / tunota.com

P: Antes de comenzar la entrevista me habló de la fotografía de su abuela. ¿Qué representó ella?

R: Mi abuela paterna, María Concepción, es mi referente principal. Es mi símbolo materno más fuerte. Con mis padres he tenido una excelente relación, pero con ella siempre fue algo especial. Ella me formó en muchos sentidos. En los momentos más difíciles, cuando el estrés me agobia, volteo a ver hacia esa pared y miro sus ojos. Siento fuerza, como si ella me estuviera hablando a través de esa fotografía.

P: ¿Ya falleció?

R: Sí, la perdí el 23 de diciembre de 2020. Fue muy duro. La enterramos el 24 de diciembre. Pero ella siempre será una referente para mí, cuando me preguntan por mis primeros años, siempre hablo de ella porque es la primera imagen que viene a mi mente. Yo siempre quise ser como ella, era una profesora muy respetada, una maestra de generaciones en El Progreso. Si tiene la oportunidad de ir allá, pregunte por la profe "Concha". Mi infancia fue hermosa. Tuve una educación muy tradicional y de principios, sin muchos permisos para salir, así a la antigua. Le agradezco mucho a ella esa formación. Siempre la llevo conmigo, era y es mi madre.

P: ¿Era una niña tímida o extrovertida?

R: Timidísima. Pagaba por no hablar. Era callada y de voz baja, eso sí, estudiosa. Me gustaba y me gusta mucho leer.

P: Pero en algún momento tuvo que romper eso, ¿no? Yo también fui un niño bastante tímido y jamás habría imaginado entrevistar a otra persona.

R: Yo tampoco me habría imaginado a mí misma dando una entrevista ja, ja, ja.

P: ¿Cuándo dejó la timidez?

R: Cuando fui a estudiar al extranjero. Imagínese, era una joven de 21 años, criada a la antigua, sin permiso de salir casi a ninguna parte. Y de repente tomé un avión y me fui. Atravesé el océano y me fui al otro lado del mundo sin conocer a nadie. Llegué. Busqué un hostal cercano a la universidad y por supuesto, al enfrentarme al mundo real, me vi obligada a madurar rápido. Tuve que romper la timidez. No me quedó otra opción.

P: ¿Está casada? ¿Tiene hijos?

R: Tengo tres hijos. Mi hija mayor es Aura y tiene 21 años, luego están Diego de 16 y Sebastián de 15. Son el amor de mi vida. No estoy casada, me divorcié hace años y decidí dedicarme a mis hijos y a mi carrera profesional. 

P: ¿Cómo logra un balance entre su vida laboral y su faceta como madre?

R: Es complicado, a las mujeres todo nos cuesta mucho más, nos toca vencer más retos en una sociedad que aun no nos reconoce como iguales. Sin duda alguna es difícil el balance del que me pregunta, sobre todo en el período de elecciones, en el que he tenido que hacer muchos sacrificios en mi vida familiar. Mis hijos son buenos chicos y entienden la situación, comprenden que es una etapa en la que tenemos que estar lejos físicamente. Sin embargo, el amor de madre siempre permanece y eso es lo más importante.

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