En las elecciones generales 2021 del 28 de noviembre (28.11.2021) participarán 14 candidatos presidenciales, el número más alto en la historia de un proceso electoral en Honduras.

Sin embargo, según sondeos de opinión pública, como el que realizó recientemente el Centro de Estudio para la Democracia (Cespad), sólo tres de ellos tienen posibilidades reales de llegar al Ejecutivo para el período 2022-2026.

La intención de voto, de acuerdo a ese estudio, lo lideran Xiomara Castro del Partido Liberal y Refundación (Libre), Nasry Asfura del Partido Nacional de Honduras (PNH) y Yani Rosenthal del Partido Liberal de Honduras (PLH).

No obstante, hay 11 personas distribuidas en la misma cantidad de partidos políticos que, a pesar de lo anterior, también aspiran a ocupar la silla presidencial.

'No somos tomados en cuenta'

Entre ellos figura Kelin Pérez del Frente Amplio quien, en conversación con tunota.com, aseguró que el elector opta por darle el voto al tradicionalismo.

"Es triste que, aunque los demás partidos tengamos propuestas de desarrollo, no se nos tome en cuenta", lamentó.

Propuestas interesantes, pero pocas oportunidades

Por su lado, el sociólogo Julio Navarro comentó que, si bien las propuestas de las minorías políticas son interesantes, las posibilidades de estos institutos políticos son mínimas.

"A pesar de sus reducidas probabilidades, existe un buen diagnóstico por parte de estos partidos políticos, lo cual debería comprometer al partido ganar a trabajar en fortalecer esos aspectos previamente propuestos", manifestó.

También, el experto indicó que desde su análisis realizado a los planes de gobierno, encuentra coincidencia en aspectos como fortalecimiento de la institucionalizad y del Estado de Derecho, así como reducción de la pobreza y de la inseguridad, entre otros.

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Los nuevos partidos políticos no fortalecen la democracia

Por otra parte, Omar García Calderón, analista en temas de gobernabilidad democrática, indicó que la creación de nuevos instituto políticos, lejos de fortalecer la democracia, tiene un trasfondo negativo.

"En Honduras, la deuda política es vista como un beneficio de lucro cuando, en cambio, la apertura democrática debería servir para solventar los problemas de la sociedad y no las necesidades individuales de un grupo de personas", señaló.

Recomendó, en este sentido, fortalecer la transparencia y la fiscalización de los partidos políticos.

La Ley Electoral de Honduras, al igual que la anterior, establece que los partidos políticos que no obtengan al menos una diputación o una alcaldía perderán su personería jurídica.

Sin embargo, está el antecedente de los partidos Alianza Patriótica de Honduras (APH) y el mismo Frente Amplio, a quienes en 2016 la Corte Suprema de Justicia, con el otorgamiento de dos recursos de amparo favorables, les permitió participar en las elecciones generales 2017.

Partidos minoritarios usados como fuerza de disuasión

Asimismo, Obed García economista del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), señaló que muchos partidos políticos minoritarios son utilizados como un medio de disuasión por parte de fuerzas tradicionales.

"Al utilizarlos como un medios disuasivos de votos, haciendo que la diversidad de opciones sea mayor, la participación ciudadana es finalmente usada como un instrumento de tergiversación", consideró.

Apuntó, de igual forma, que la deuda política debe ser regulada y que, de ese modo, no represente un gasto financiero tan elevado para las finanzas públicas.

Un informe de esa organización, titulado Gasto público de los organismos políticos, estima que el 29 de noviembre (29.11.2021), un día después de la celebración de los comicios generales, la deuda política ascenderá a los 200 millones de lempiras.

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