De una broma hecha en su familia hace 20 años surgió la idea para que el doctor José Manuel Matheu (Tegucigalpa, 1960) realizara un libro. La obra, a la que ha titulado Páginas para mis hijos, es una colección de remembranzas que no ha finalizado.

Entre los 15 capítulos, que hasta los momentos contiene, se narran vivencias como las temporadas de Navidad en las que siempre llega a su casa el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga -su amigo- a comer nacatamales, los orígenes de su esposa, las recetas de comidas familiares o su etapa como viceministro de Salud.

Pero la escritura de esas hojas estuvo a punto de llegar a su fin antes de tiempo, debido a que el covid-19 casi le arrebata la vida a inicios de 2021. ''Mi esposa estaba desesperada, la llamaban para darle el pésame. Pero un día ella se fue al cuarto a rezar, a pedirle al Señor. Era el octavo día que llevaba ingresado'', recordó.

Pero, aseguró, el milagro sucedió: ''De haber recibido 80 litros (de oxígeno) por minuto, esa noche, al día siguiente solo estaba con dos. Al noveno día salí, eso sí, con 20 libras menos de peso''.

Matheu es un fisiatra con más de tres décadas de servicio y candidato a diputado por Francisco Morazán por el Partido Salvador de Honduras (PSH) que disputará una curul en las elecciones generales del 28 de noviembre de 2021.

Relató que cuando estaba en su lecho de enfermo también sufrió por la posibilidad de que el coronavirus le arrebatara la posibilidad de realizar, desde el Parlamento, una serie de cambios con los que ha soñado, como la transformación de la educación.

''Tampoco podía irme de este mundo sin hacer un cambio por Honduras, por la humanidad'', expresó. 

"Quiero servir a mi país, ahora desde una curul, y lo voy a hacer", comentó con seguridad y previo a derramar lágrimas durante la entrevista que concedió a En Primera Plana.

José Manuel Matheu mientras atendía a En Primera Plana. Foto: Álex Gutiérrez / TED BrandStudio.

Pregunta: A inicios de año, aproximadamente en mayo, aseguró que buscaría la presidencia de Honduras. ¿Por qué desistió de su aspiración?

Respuesta: Fueron varios factores, entre ellos la falta de estructura y de dinero. Me di cuenta que para llegar a un cargo público hay que invertir y yo no quería que nadie me financiara. También entendí que una oposición dividida no era capaz de ganarle al Partido Nacional.

P: ¿Tiene la capacidad para ser presidente de Honduras?

R: Sí, pero decidí, junto a mi familia, que no era el momento adecuado para hacerlo.

P: ¿Hubo acercamiento con algún partido político?

R: Sí, se me ofreció una diputación de parte del Partido Liberal y del Pinu. Sin embargo, terminé hablando con Salvador Nasralla, lo invité a mi casa y le presenté algunas de mis propuestas más trascendentales. Acepté una candidatura con él.

P: ¿Cuáles eran algunas de esas propuestas?

R: Aunque soy médico, mi primer campo de trabajo no está enfocado a la salud, sino a la educación. Quiero que se reformen los planes de estudio y se actualicen a las temáticas actuales. Desde el Congreso lucharé por ello.

P: ¿De qué forma?

R: Bueno, impulsaré proyectos enfocados a educar a los niños en nuevos idiomas y a brindarles una educación coherente con la realidad de sus comunidades. Se necesitará también la detección de talentos y la promoción de centros regionales de alto rendimiento. No es posible que exista tanta fuga de cerebros. El próximo gobierno tiene que explotar talento en arte, matemática, ciencia, música y literatura. También lucharé para que cada cabecera departamental cuente con una biblioteca.

No es posible que exista tanta fuga de cerebros

—JOSÉ MANUEL MATHEU

P: ¿En qué plazo se pueden cumplir esas propuestas?

R: Estos proyectos deberán realizarse en los primeros 18 meses, recuerde que el periodo más complejo del próximo gobierno será de diciembre a enero, pues es el momento en que tiene que presentar los decretos en la primera sesión del Congreso.

P: ¿Por qué hay tan mala percepción hacia la clase política de Honduras?

R: Porque se lo han ganado, son sinvergüenzas. Hay gente que lleva décadas en el Congreso. Creo que deberían estar máximo dos periodos en el Legislativo. ¿Cuántos jóvenes podrían ser mejores diputados que los dinosaurios que están allí?

R: ¿Qué opina de las campañas de ataque que han salido en los últimos días?

R: Es falta de inteligencia. No tienen propuestas.

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P: También es falta de visión, ¿no?

R: Sí, por ejemplo, muchos de los candidatos a diputados andan viendo cómo hacen movidas. Otros no abren la boca o solamente levantan la mano cuando se presenta una moción que ni entienden. Son tan cobardes y mediocres que no se reúnen de manera presencial. ¿Qué campañas pueden tener si no tienen ninguna propuesta? Cuando voy a pueblos y veo a niños con hambre, me pregunto cómo pueden robar viendo esta miseria. Eso es no tener conciencia.

Cómo pueden robar viendo esta miseria

—JOSÉ MANUEL MATHEU

P: ¿Cómo será José Manuel Matheu si llega a ser diputado?

R: Si llegara al Congreso, sería la misma persona de siempre. No caminaré con guardaespaldas, no me gusta. Tendré la tranquilidad de ir al supermercado, un fin de semana, con mi esposa. Yo no tengo que fingir como otros candidatos que dicen que aprendieron porque fueron pobres. José Manuel Matheu cuenta con el respeto y la admiración de sus hijos, ellos tienen la tranquilidad de salir a la calle sin que les digan que su papá o su mamá son ladrones. O malos médicos.

Si llegara al Congreso, sería la misma persona de siempre

—JOSÉ MANUEL MATHEU

P: Llegó a ser viceministro de Salud, ¿verdad?

R: Sí. Fíjese que el expresidente Carlos Flores Facussé (gobierno liberal de 1998-2002) fue mi paciente en 1997 (Flores era presidente del Congreso en ese momento). Recuerdo que, cuando me preguntó cuánto me debía, le dije que él estimara el monto. Me consultó: "¿unos 100 mil?". Por aquel entonces yo era jefe de Rehabilitación en el Hospital San Felipe y le dije que necesitaba una máquina de tracción que más o menos costaba eso.

Él quedó sorprendido porque era mi dinero. Al día siguiente le llevé la cotización, costaba 128 mil lempiras, y así la compramos. Creo que eso lo impactó. Después, el 9 de febrero de 1998, me llamó para decirme que sería juramentado. Así llegué al gobierno. Y, aunque peleaba con él cuando algo no me parecía, me aguantó los cuatro años.

P: ¿Mantiene comunicación con el expresidente Flores?

R: Sí, siempre leo sus editoriales. Cuando me agradan, se lo digo. Y cuando no, también.

José Manuel Matheu fue viceministro de Salud entre 1998 y 2002. Foto: Álex Gutiérrez / TED BrandStudio.

P: Hábleme de esa etapa en la Secretaría de Salud. ¿Qué logró allí?

R: Nosotros no hacíamos propaganda, pasábamos en pueblitos y viajábamos tranquilamente. Honduras perdió el 95 por ciento de las unidades de salud durante el huracán Mitch, pero las reconstruimos sin hacer bulla. Construimos dos hospitales, uno en Tela (Atlántida, en el Caribe) y otro en Danlí (El Paraíso, en el oriente), que costaron 29.2 millones de dólares. También pusimos en orden a los sindicatos y abrimos la unidad de Maternidad en el Hospital San Felipe.

P: Hablando de la pandemia, ¿qué efectos trae jugar con la salud de un pueblo?

R: El actual gobierno ha sido mediocre en el manejo de la pandemia y se lo he dicho en mis cartas públicas a Juan Orlando Hernández. Una cosa fatal. No dotaron de oxígeno -algo tan elemental- a los centros de atención. Ha sido insultante, deberían ser acusados por crímenes de lesa humanidad. No deberían estar allí, deberían haber renunciado de sus cargos.

El actual gobierno ha sido mediocre en el manejo de la pandemia

—JOSÉ MANUEL MATHEU

P: El covid-19 casi lo mata a usted y a su esposa. ¿Cómo sucedió?

R: Mi esposa se había contaminado a finales de 2020. Estuvo internada varios días hasta que me la dieron el 24 de diciembre. Las tres personas que estaban alrededor de ella murieron. Después, el 26, tuve que volverla a ingresar, ahora en el nivel privado. Ella vio a Jesús y a la Virgen en su cama. Les pidió que la salvaran, que no quería morir (…) y el Señor lo hizo.

R: ¿Y usted cómo se contagió?

R: En enero de 2021, cinco días después de haber regresado de mis vacaciones, salí positivo. Al inicio lo manejamos en casa, pero la situación empeoró. El 17 de febrero de 2021 tuvieron que llevarme de emergencia al hospital, sentía que no llegaba. Y, aunque recibía oxígeno con una mascarilla de reservorio que proporciona 16 litros por minuto, sentía que me ahogaba. Me ingresaron con 60 litros por minuto y luego lo aumentaron a 80. Me tuvieron así durante ocho días.

P: ¿Qué lo salvó?

R: En mi caso también hubo una experiencia mística. Mi esposa estaba desesperada, la llamaban para darle el pésame. Pero un día ella se fue al cuarto a rezar, a pedirle al Señor. Era el octavo día que llevaba ingresado.

Al día siguiente, aún con los indicadores inflamatorios elevados, yo dije que saldría de ese lugar. Los médicos me miraban y seguramente decían: "éste está loco". Sin embargo, la mano sanadora pasó. A mí me habían puesto todo tipo de medicamento -remdesivir y tocilizumab- y el médico ya estaba pensando en intubarme. De haber recibido 80 litros por minuto, esa noche, al día siguiente solo estaba con dos. Al noveno día salí, eso sí, con 20 libras menos de peso.

P: Lo vi dando una entrevista a Rosendo García en el programa con un tanque de oxígeno al lado.

R: Sí, me costó mucho la rehabilitación, pero siempre le pedí al Señor que me sanara, quería conocer a última mi nieta. Tampoco podía irme de este mundo sin hacer un cambio por Honduras, por la humanidad. Mire, soy un médico satisfecho en todo sentido, pero este país es peor que el que recibí cuando nací. Recuerdo que despertaba todas las mañanas con la canción "De qué vale vivir si no es para servir", que se canta en la iglesia católica a la que asisto.

De qué vale vivir si no es para servir

—JOSÉ MANUEL MATHEU

P: ¿Es bastante devoto?

R: No es que ande golpeándome el pecho, pero, sí, soy un cristiano practicante.

P: ¿Y la idea de lanzarse a la política cómo surgió?

R: La primera persona convencida de mi candidatura fue mi esposa, ella me dijo: "hagamos realidad el sueño".

Con mis hijos fue distinto, ellos me decían que iban a decir cosas que no son ciertas. Les dije que no importaba, que tengo que luchar por la gente. Soy sentimental y llorón, así que me puse a pensar en el barrio de dónde vengo. Quiero servir a mi país, ahora desde una curul, y lo voy a hacer.

P: ¿Fue difícil su infancia?

R: No. Mi vida ha sido feliz, no me quejo de nada. Dios me ha dado más de lo que yo soñé. Mi padre era hijo de un español que vino a Honduras a finales del siglo XIX, él nació en cuna de seda, pero mi abuelo murió cuando tenía ocho años y mi abuela lo hizo cuando tenía 10. Perdieron su casa y quedaron en la calle. Mi papá tuvo que dejar la escuela y empezar a trabajar con sus hermanos para conseguir comida. Él trabajó como conserje en el Hospital Vicente D'Antoni (en La Ceiba), de ahí surgió que quería ser médico. Lo intentó, pero no lo logró. Yo siempre lo escuché a él hablar de medicina y probablemente eso influyó en mí para cumplir el sueño de mi viejo.

Mis primeros años transcurrieron entre los barrios Abajo y El Reparto de Tegucigalpa. Allí, en El Reparto, vivíamos en una casita de madera que él después forró con playwood. Con mis hermanos -yo soy el menor- estudiamos en el kínder de la iglesia Los Dolores. Luego lo hicimos en la Escuela Uruguay y finalmente en el Instituto Central Vicente Cáceres. Después entré a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), a estudiar Medicina, pero allí también trabajé a los 18 años como instructor para comprar mis libros. Después me hice médico.

A sus 60 años, José Manuel Matheu busca ganar una diputación. Foto: Álex Gutiérrez / TED BrandStudio.

P: ¿A su esposa en dónde la conoció?

R: La conocí en la universidad. Ella era muy beligerante, hicimos dos movimientos con los mejores estudiantes de cada año y así nos fuimos conociendo. Nos casamos cuando estaba en mi último año de servicio social en Choluteca. Llevamos 35 años de casados.

Luego nos fuimos a México con préstamos y con deudas. Al año siguiente nos enteramos de que el gobierno de México otorgaba becas, nos daban 100 dólares a mi esposa y a mí. Logramos terminar los estudios de posgrado con excelente índice académico. Mi segunda hija nació allá. A ella le tocó repetir la experiencia, estudió la misma especialidad que yo y su segunda hija también nació en la Ciudad de México. Mi hija y mi nieta son chilangas (como se les dice a quienes nacieron en la capital mexicana).

P: ¿En México en dónde estudió?

R: Estudié en el Instituto Nacional de Pediatría. Allí están los hospitales de cuarto nivel que, se supone, son los más difíciles para entrar. Allá también trabajé ilegalmente en una cadena de televisión. Atendía, en una clínica, a personas que laboraban allí.

En México trabajé ilegalmente en una cadena de televisión

—JOSÉ MANUEL MATHEU

P: Escuché en una entrevista con HRN que se retiró del Hospital San Felipe.

R: Sí, hace unos días me retiré. Quiero dedicarme a servir a Honduras, ahora desde una curul.

P: ¿Cuánto tiempo estuvo allí?

R: Yo comencé mi carrera el 1 de septiembre de 1986 en el Hospital Leonardo Martínez, en San Pedro Sula. Me pasé al Hospital San Felipe el 3 de marzo de 1991. Estuve 30 años y medio allí. Para mí ese centro asistencial es como si fuera mi hijo.

P: ¿Qué hace cuando tiene tiempo libre?

R: Me encanta escribir, por eso es que hablo bastante. Estoy escribiendo un libro, se llama Páginas para mis hijos. Lo empezamos como una broma hace más de 20 años, sólo quería que ellos supieran las raíces de nosotros. Hasta el momento, el libro tiene 15 capítulos. Uno es la historia familiar. En otro hablo de mi amigo, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, con quien conservo una gran amistad desde hace mucho tiempo. Él llega a comer nacatamales los 24 de diciembre a mi casa. También hay capítulos de recetas familiares, cosas que cocinaba mi mamá o yo mismo. También hay uno de mi etapa como viceministro. Y en otro también hablo de la vida y de los orígenes de mi esposa.

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