Resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano para sobreponerse a circunstancias de adversidad en su existencia. Por ejemplo, el duelo por la muerte de un ser querido, un despido de trabajo inesperado, el desamor, un periodo de soledad o el sufrimiento.

Es un fenómeno que ha despertado mucho interés en los estudiosos de la psicología en los últimos 30 años. Algunos lo definen como un rasgo de personalidad, otros como una capacidad, y otros como un proceso relacionado con la madurez, que permite a las personas superar un evento traumático, e incluso, aprender y crecer mientras se recuperan.

Yo diría que en este tiempo es una necesidad imperiosa; y es que hoy en día, quién no necesita sobreponerse de una pérdida; de un cambio inesperado; de una fatalidad. El año 2020 ha tocado casi a todos con dolor y altos niveles de estrés.

Es un momento histórico en que muchos necesitamos ser resilientes; y sería maravilloso si todos pudiéramos, no sólo recuperarnos, sino salir fortalecidos, con nuevos aprendizajes y con una mayor capacidad de amar y de compartir.

Por eso, si en este momento te sientes triste, desesperanzado, con temor o incertidumbre; sin fuerzas para continuar, este debe ser un mensaje de esperanza. Puedes superar esta crisis; las cosas no estarán mal para siempre. Si resistes y buscas esa fuerza interna dentro de ti y el apoyo de personas cercanas, ¡podrás vencer!

Quiero compartir algunos consejos para que desarrolles resiliencia y medita en estas verdades hermosas:

• Puedes vencer esta prueba, en tu interior hay una fuerza que Dios te dio con el aliento de vida.
• Tu eres un ser humano valioso, mereces ser feliz, mereces darte una nueva oportunidad.
• Hay personas cerca de ti que pueden apoyarte, abre tu corazón a ellas.
• El futuro es un regalo que está a tu alcance, no te des por vencido.

Para encontrar recursos que te ayuden a vencer esta situación:

Recuerda experiencias en las que enfrentaste dificultades, pero tuviste la capacidad de alcanzar resultados, si lo hiciste antes, lo puedes hacer otra vez, trata de repasar qué hiciste antes que te dio resultados.

Rodéate de personas que te aman. El apoyo de familia y amigos es crucial para recuperarte. No caigas en la tentación de aislarte; es tiempo de establecer  y fortalecer relaciones.

Establece metas, si, aunque te parezca muy difícil, piensa y enumera algunas metas que quieres alcanzar, éstas te impulsarán a seguir adelante.

Lleva a cabo acciones decisivas; aun cuando es difícil y las circunstancias parecer estar en tu contra. Actúa de la mejor manera que puedas. Decidir y actuar  es mejor que ignorar los problemas y las tensiones, y desear que desaparezcan.

Haz un análisis realista de la situación, no es bueno maximizar, ni minimizar los problemas, escribe los datos y los hechos, compara información o experiencias, eso te permitirá tener la mejor perspectiva del presente y del futuro.

Trata de ser tolerante y flexible; no puedes controlar todo lo que pasa, pero sí puedes controlar cómo respondes a tus circunstancias.

Busca ayuda profesional, un consejero, un terapista, o un experto te pueden ayudar. Buscarlos no es signo de debilidad, sino más bien de valentía y sabiduría.

Cuida tu salud: trata de dormir y comer bien, haz ejercicio, cuida tu imagen, aunque no te sientas muy motivado hacia estas cosas, hacerlo traerá un impacto muy positivo en tu ánimo y tu capacidad mental y física para todo lo que tienes que enfrentar.

Fortalece tu relación con Dios, la espiritualidad es clave para superar las crisis, lee la Biblia, medita y ora, puedes ver muchos mensajes o conferencias de sacerdotes, pastores y consejeros en la web, busca un diario devocional, una o varias de estas actividades, fortalecerán tu espíritu.

Espero que esto te motive a avanzar en medio de la tempestad, y si tu estás bien, que te motive a ayudar a algún amigo o familiar que está enfrentando la adversidad.