La desconfianza hacia los partidos políticos o por qué no decir a los políticos es una situación casi permanente en los países que practican la democracia como Honduras, datos del barómetro de las Américas en nuestro país.

Apenas 36 personas de cada 100 tienen alguna confianza en los institutos políticos constituidos en el país que ya suman 14 en total, situación que agudiza el futuro de estos partidos que cada 4 años se debaten en la arena política para buscar la gobernabilidad de la nación.

¿Por qué se perdió la convicción de estas instituciones? Aquella premisa que anunciaron en el momento de su constitución que daba a entender que prima el pueblo, que socialmente tenían un marco de acción para favorecer a las mayorías en todos los aspectos, económicos, educativos, salud, de acceso a las necesidades primarias, o en el camino se volvieron comparsas uno de otros para gozar del poder dado por el pueblo a través del sufragio, en un acto de confianza.

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No cree usted que los partidos políticos deben devolver esa confianza que perdieron de la sociedad, hoy más que nunca enfocarse en aquella expectativa que comenzaron, el político tiene que valorar su discurso que sea consecuente con la realidad y necesidad actual, no un discurso demagogo, totalmente trillado como el utilizado hoy en día en plena carrera proselitista a las elecciones primarias del 14 de marzo, una de las grandes preocupaciones en las democracias del mundo y Honduras no es la excepción, es sin duda es la creciente insatisfacción con los partidos políticos.

Ante esta crisis de credibilidad ya es tiempo que los partidos políticos en el caso de Honduras se aferren hacer profundos cambios, principalmente en sus liderazgos, una renovación completa en sus pensamientos, permitirle a jóvenes líderes innovarse y crecer en sus ideas, hay personas adentro que están cuestionadas por diferentes hechos, estos debe apartarse y permitir que surjan las nuevas generaciones, otro punto importante es que estas instituciones revisen sus idearios y actualizarlos a la realidad del mundo, hay que recuperar la identidad de los votantes porque ya no se consideran representados en los cargos de elección popular que obtienen muchos, y no se vaya tan largo, haga las consultas en sus colonias y barrios y verá la sorpresa que se llevarán.

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Terminen con la ley del hierro, dejen el fierro, ya no sellen con sus vetustas ideas partidarias los nuevos líderes, olvídense del concepto que son dueños de los partidos políticos, democraticen los mismos, estos ayudará a recuperar la confianza de la ciudadanía, porque los hartazgos cansan y la paga será histórica para aquellos que quieren imponer su ley en estas instituciones, han mentido mucho, incumplieron promesas de campaña, se metieron en actos de corrupción, muchos perdieron su brújula, entonces ya este tiempo de encontrar el camino… háganlo por Honduras. Sin confianza no hay democracia.