¿Has escuchado de la indagación apreciativa? ¡Es genial! Diseñada en 1980 por David Copperryder. Es una metodología de desarrollo organizacional para el cambio tanto del negocio como de los equipos dentro de la organización. Me encanta y les cuento sobre ella porque va de la mano con la comunicación y la psicología.

Te explico, este modelo se basa en la idea de que vas a construir socialmente a partir de las fortalezas que tienen tus colaboradores, en lugar de señalar errores y dar vueltas alrededor de los mismos con una comunicación vertical, se resaltan fortalezas y lo que se está haciendo bien, de manera que el equipo vaya reforzando todas esas fortalezas y mejore en los aspectos en los cuales no va tan bien con un abordaje comunicacional distinto.

El primer paso es identificar tu objetivo y no centrarse solamente en el problema. Es decir, con esta metodología se convierten los problemas en oportunidades. Se centra en el potencial de cada persona no en las limitaciones que tienen. Nace de la psicología positiva.

Se utiliza también en el deporte, en la medicina, etc. Un ejemplo: se hizo un experimento en el cual se dividieron dos grupos de personas que estaban aprendiendo a jugar boliche. Se les filmó, a un grupo se le mostró en el video todo lo que hicieron mal, al otro grupo todo lo que hicieron bien.

Al cabo de un tiempo ambos grupos mejoraron su juego, sin embargo, el grupo del video en positivo mejoró el doble en menos tiempo. Y es que, si solo nos centramos en los problemas, desmotivamos, bloqueamos, creamos ambiente tóxico, sin seguridad psicológica y sin comunicación fluida (una de mis pesadillas). Podes avanzar, sí, pero más lento y por miedo a ser señalado por errores más que por motivación y deseos de superación.

La indagación apreciativa tiene cuatro fases: descubrir, soñar, diseñar e innovar. En resumen, el objetivo es descubrir las fortalezas para transformar con una visión positiva. Siempre estar cuestionándonos para poder descubrir lo que podemos mejorar dándole un nuevo propósito al equipo y la empresa.

Esto despierta la creatividad y la innovación en los grupos de trabajo y mejora la comunicación interna. Pensarlo así: si paso criticando y descubriendo problemas, ¿qué ambiente generaré en mi equipo? O, si solo me resaltan problemas alrededor mío, ¿cómo me siento? Ahora bien, ¿Qué pasa cuando descubrís o te resaltan que has hecho algo muy bien? Te animas ¿correcto?

Y deseas reforzar y mejorar eso que ya sabes hacer bien y te esforzas en cambiar lo que no te está saliendo bien porque ya te disté cuenta que, si haces las cosas de forma distinta, podes lograr tu objetivo, tal cual hiciste con el que te han resaltado que hiciste bien.

Al final, a todos nos sirve convencernos de que no debemos ver problemas si no oportunidades de mejora. Te animo a que, si no la conoces averigües un poco más sobre esta metodología, te aseguro que te va a encantar.

“No tengas miedo a equivocarte, las estrellas nacen del caos”, Charles Chaplin