¿Qué pensamientos permitís? ¿Son positivos en su mayoría, objetivos y realistas? ¿O dominan los pensamientos de preocupación, negativos, fatalistas, pesimistas?

Hemos analizado en semanas anteriores lo peligroso del positivismo tóxico, aquel que pretende que siempre todo está bien, pero que al final, solo está negando situaciones reales que ameritan atención y acción.

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Al otro extremo está el pesimista crónico, que siempre ve todo malo y vive en una amargura que le impide disfrutar lo bueno que sucede en sí mismo y su entorno, el insatisfecho eterno.

Muchos factores inciden: genética, entorno, personalidad, conductuales, situaciones de vida, etc. La buena noticia es que podemos mejorar nuestra vida al “reprogramar” nuestros pensamientos y todo comienza con una decisión.

¿Cuál es esta decisión? Filtrar a conciencia y voluntariamente qué pensamientos permitiré en mí y qué perspectiva le daré a esos pensamientos. Es un ejercicio que requiere constancia, pero que al cabo de un tiempo se volverá un hábito y luego un estilo de vida.

Anteriormente he hecho la comparación preguntándoles si abrirían un archivo que saben que tiene virus en su computadora. Seguramente no. Pues lo mismo con los pensamientos autodestructivos y negativos.

Si les permitís entrar una y otra vez irán tomando espacio en todo tu estado mental. Como si a un vaso con agua cristalina le echaras una tan sola gota de tinte negro. Así de penetrantes y absorbentes pueden ser.

Algunos datos importantes:

• El 90 % de lo que nos preocupa nunca ocurre.

• Cada pensamiento negativo tiene un efecto tóxico y directo en nuestra salud.

• Los extremos de los cromosomas (los telómeros) se acortan con hábitos negativos (entre ellos el estrés por preocupación excesiva) y entre más cortos menor división celular y mayor riesgo de enfermedad y envejecimiento.

Cortisol elevado crónico baja defensas.

• Comprobado científicamente que se modifican los genes. Se cambia la química de cada célula del cuerpo a medida vamos cambiando nuestros sentimientos y actitudes mediante el ejercicio de la psicología positiva.

Y podría seguir enumerando más datos. Te propongo cuides como tu propia vida, a capa y espada, todo lo que alimenta tu mente, tus pensamientos y actitudes.

Tus pensamientos y tu mente pueden ser tu peor enemigo o tu mejor amigo. La perspectiva ayuda mucho, intenta analizar las cosas desde otro punto de vista. Si necesitas ayuda, busca a un profesional.

Los pensamientos, emociones y actitudes, determinan tu calidad de vida, no los descuides, gestiónalos a tu favor.  

Te recomiendo el libro ¨Cómo hacer que te pasen cosas buenas¨ de Marian Rojas Estapé y te dejo un enlace con un poco más sobre este tema.

Además: ¿Con qué alimentas tu mente?