Es importante hacer la distinción entre sentirse pleno y sentirse bien. Es curioso, pero cuando hablamos de sentirnos plenos, no siempre puede significar que nos sintamos bien. La paradoja de alcanzar la plenitud es que se puede vivir una lucha externa, mientras se alcanza la paz interna. 

Cuando hablamos de plenitud, hablamos de sentirnos completos, de sentirnos llenos. La plenitud se da cuando honramos nuestros valores aún a costa de grandes sacrificios.

Y con valores, no me refiero únicamente a los valores morales, que por supuesto pueden estar incluidos, me refiero a ser coherentes entre lo que queremos ser y lo que somos. 

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La plenitud se da cuando nos respetarnos a nosotros mismos. Cuando honramos nuestros sueños, nuestra esencia y lo que nos hace únicos. Como siempre, me gusta utilizar ejemplos. Una persona que cuida de su madre anciana podría sentirse plena, porque sabe que de esa forma manifiesta el enorme amor y gratitud hacia su madre. 

Entonces, ese esfuerzo puede hacerla sentir plena. Sin embargo, como es natural, el cansancio y agotamiento que pueda surgir con ese cuidado puede hacerla sentir agotada y cansada. Entonces, aunque esta persona en nuestro ejemplo no se siente bien, porque se siente agotada, puede sentirse plena.

Por otra parte, está la otra cara de la moneda. Podemos sentirnos bien, sentirnos cómodos, pero aún en medio de la comodidad podemos no sentirnos plenos. Esto sucede por ejemplo, cuando nos hemos conformado con estar cómodos en un lugar donde ya no queremos estar, por miedo a tomarnos riegos. 

Entonces, en esos momentos donde estamos inmóviles y cómodos, podemos sentirnos bien, pero no plenos. Vivir en plenitud es perseguir aquello que queremos a pesar de las circunstancias, los sacrificios y el dolor. 

Es aprender a silenciar las voces alrededor que nos hacen permanecer en el “status quo”. El primer paso para encontrar la plenitud es descubrir nuestros valores. 

Imagínese si no tuviera límites ¿qué es eso que realmente quisiera hacer? ¿qué es eso que ya no quiere en su vida? ¿qué quiere alcanzar?. Si pudiera utilizar su talento natural y explotar todos sus dones al máximo ¿qué le gustaría hacer realmente?... Todos tenemos, absolutamente todos, derecho a vivir una vida plena.

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