Siguiendo la línea de pensamiento del exgobernante, Manuel Zelaya Rosales, y de la presidente, Xiomara Castro, los funcionarios de jerarquía se rasgan las vestiduras para defender los regímenes de Cuba y de Venezuela que ellos consideran las alternativas de desarrollo económico y justicia social.

Estos voceros de la ideología de izquierda y de la narrativa populista, tratan de influir en la opinión colectiva al presentarnos las dictaduras de Sudamérica y del Caribe como una pauta que deberíamos de seguir para igualarnos a esos países.

No sabemos a qué se refieren estos personajes que anhelan que los hondureños construyamos un patrón de la gestión de Nicolás Maduro y de Miguel Díaz Canel.

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Porque, los modelos de Venezuela y de Cuba que los líderes del Gobierno de Libre quieren trasplantar en Honduras, son los mismos que aparecen en los primeros diez escalones del estudio realizado por investigadores de una universidad de Estados Unidos para medir el mayor y menor grado de miseria en el mundo.

En Venezuela, el 94 por ciento de la población vive bajo el umbral de la pobreza y el 76 por ciento está en situación de miseria. Los derechos humanos son violentados, la libertad de expresión es restringida y quienes proclaman ideas políticas disidentes son perseguidos

Además, equipos de investigadores y académicos internacionales han concluido que la combinación de un sistema de salud fallido y la escasez generalizada de alimentos ha provocado una catástrofe humanitaria con tendencia a empeorar.

Si los venezolanos estuvieran en mejores condiciones, su gente no estaría abandonando el país. Más de siete millones de personas han dejado su tierra para buscar protección y una vida mejor. La mayoría –más de seis millones– ha encontrado acogida en América Latina y El Caribe.

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Y si revisamos lo que sucede en Cuba, ahí –en esa tierra de la dictadura “castrista”- 72 de cada cien personas viven en pobreza y solamente 14 de cada cien personas esperan que su condición mejore en el futuro cercano.

Sin embargo, los pregoneros del socialismo democrático sostienen que la isla es un paraíso, donde predominan la riqueza, el progreso y las mejores expectativas.

¿Son éstos los modelos que Honduras tiene que replicar para salir de su rezago? Sinceramente, no. Son construidos a la luz de ideologías fallidas que han sumido a la población en la pobreza, en la corrupción, en la indefensión y en la desesperanza.

Los hondureños debemos tomar los modelos de los países que han alcanzado los más altos niveles de desarrollo, porque han privilegiado la inversión en su capital humano, en los programas de salud, educación y producción, y en los planes de riqueza distributiva.

Así son las cosas. ¡Que así lo comprendan quienes ostentan el poder y se arropan en las frases gastadas de la lucha popular, del desmontaje de la dictadura y de la batalla contra el capitalismo salvaje!

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