Previo a la pandemia del covid-19, Honduras ya enfrentaba problemas estructurales históricos en el sector educación.
Para poner en perspectiva la realidad de nuestro país y la baja calidad del sistema educativo tenemos que revisar por ejemplo, el Indicador de capital humano del Banco Mundial que nos indica que un niño hondureño nacido hoy y con las condiciones actuales de acceso y calidad del sector educativo sólo podrá desarrollar el 48% de su productividad cuando llegue a los 18 años.
Adicionalmente, es imperativo conectar el contexto del sector educativo con el mercado laboral de nuestro país.
Si revisamos la evidencia empírica en el último informe del Banco Mundial encontramos que el Mercado Laboral hondureño está caracterizado por:
- Una alta informalidad – cerca del 80% de la fuerza laboral se ubica en el sector informal- sin protección y bajos salarios.
- La mayoría de los nuevos puestos de trabajo se crean en sectores de baja productividad.
- Una baja participación de la mujer – aproximadamente sólo 47% de las mujeres en edad de trabajar tiene empleo.
- Ante la falta de buenas oportunidades de empleo muchos jóvenes hondureños están abandonando el mercado laboral - Aproximadamente el 24% de los jóvenes Ni Trabajan Ni Estudian.
No es desconocido para todos que la pandemia covid-19 deterioró aún más las condiciones socioeconómicas del país poniendo en cuidados intensivos el capital humano de las próximas generaciones y limitando sus opciones de incorporarse al mercado laboral dada la gran destrucción de puestos de trabajo.
En este sentido la próxima administración de gobierno tiene la obligación de contar con un plan de gobierno creíble e implementable que incluya como mínimo:
1. Una estrategia que permita reinsertar a los jóvenes que desertaron del sistema educativo producto de la pandemia del covid-19.
2. Una ruta crítica que permita incrementar el presupuesto de inversión en el Sector Educación con el objetivo de mejorar la eficiencia y calidad del mismo.
3. Realizar la tan añorada reforma del INFOP.
4. Alinear el Sistema de Educación Formal y No Formal con las necesidades del Sector privado para que los jóvenes tengan mayores oportunidades de obtener un empleo.
Es urgente trabajar en esta estrategia con reformas claves que aprovechen el bono demográfico con el contará nuestro país en los próximos 25 años.
El mayor riesgo de quedarnos de brazos cruzados incidirá en que la mayoría de los jóvenes solo tienen 3 opciones: Incorporarse a trabajos de baja productividad, migrar al extranjero y unirse a organizaciones criminales.
Roberto Lagos, especialista en economía.
Además: Nuestra clase política no ha sido capaz de solventar los altos índices corrupción