El estrés y la ansiedad de tu mascota puede reducirse o evitarse con algunas técnicas explicadas por loso veterinarios.

Las mascotas también suelen sentir el peligro, sentirse amenazados o vivir situaciones que desencadenan situaciones estresantes y que posteriormente pueden provocar ansiedad y depresión, para luego dar paso a enfermedades físicas que pueden concluir en la muerte.

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Es importante identificar las situaciones que desencadenan el estrés y la ansiedad de tu mascota.

Según expertos, pueden ser experiencias positivas y negativas, por ejemplo, activación o alegría del perro cuando llega a casa su compañero humano, juego activo con otros perros, ejercicio físico intenso o prolongado, exceso de ruido en el ambiente, malas experiencias con otros perros, castigos o correcciones.

Rutinas

El veterinario Mario Sánchez comento a tunota que para evitar el estrés y la ansiedad de las mascotas en casa es importante crear una rutina de juegos.

También, brindarles espacios confortables con juguetes con los que puedan entretenerse solos, sin olvidar los paseos rutinarios, en la mañana o ya por la tarde, cuando el calor no es excesivo.

“Los animales sufren de estrés al estar en una situación desconocida y esto les puede generar ansiedad. Depende mucho de factores genéticos, mala socialización, experiencias traumáticas, factores ambientales como ruidos fuertes”, añadió Sánchez.

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Es imposible no tener episodios de estrés, más si los humanos con los que vive la mascota también presentan estrés o ansiedad, y esto puede ser absorbido por el animal, sin embargo, cuando los niveles de estrés son excesivos y prolongados es tiempo de actuar y no dejar sin atención al perro.

“El estrés se puede manifestar con hiperactividad, estereotipias, apatía, reacciones exageradas, miedo, salivación, falta de atención, huida, jadeo excesivo, perdida de pelo”, detalló el veterinario, al ser señales más específicas y fáciles de identificar.

¿Cómo reducir los niveles de estrés del perro?

• Respetar el espacio del perro en casa y facilitar espacios activos de exploración en la calle.
• Entender que las conductas desadaptadas suelen ser fruto de necesidades básicas no cubiertas (salud, sueño, nutrición, calma, seguridad, juego, vínculo...).
• Conocer el lenguaje corporal del perro para reconocer cuándo está incómodo y ayudar a subsanar la situación.
• Evitar las situaciones conflictivas y ser su refugio seguro en situaciones en las que el perro te necesite.

Mayor libertad

5. Cuidar nuestro lenguaje corporal y facial para no intimidar al perro.

• Dar mayor libertad al perro en la toma de decisiones a la hora de elegir por dónde quiere olfatear durante su paseo, por ejemplo.
• Manejar nuestras emociones para no contagiar al perro nuestros nervios, enfados, estrés.
• Cuidar el vínculo con tu perro: evitar gritos, castigos, correcciones constantes.
• Buscar actividades en las que ambos puedan participar y disfrutar como correr.

Este es un artículo de la versión impresa de tunota. Lea más noticias relacionadas.

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