Afrontar el cáncer suele ser una tarea difícil, pues suele recibirse de formas distintas; en general, se asocia directamente con la muerte.

A la vez, afecta el entorno del paciente, como su familia y algunas actividades normales que realizaba y todo pende de las emociones y el impacto psicológico que se haya tenido.

El cáncer ha persistido en la humanidad por muchos años, con nuevos descubrimientos, tratamientos y efectos, y un aspecto que también ha acompañado a esta enfermedad, y que algunas personas no le han prestado atención: el área psicológica.

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tunota habló con la psicooncóloga Mildred Tejeda, y detalló la forma en que afecta las emociones y desempeño integral de cada paciente con cáncer y su familia o las personas que conviven con él.

“Depende mucho de factores psicológicos, de personalidad, cultura familiar, creencias, y de cómo la persona ha aprendido a afrontar situaciones difíciles”.

Emociones

El cáncer es una enfermedad a la que socialmente le aprendimos a tener mucho miedo, por lo que a nivel emocional genera un enorme impacto, con el simple hecho de saber que en su cuerpo está la enfermedad.

Asimismo, saber que un miembro de la familia la padece, trae tristeza, incertidumbre, culpa y/o enojo, ante la situación.

Afecta el entorno familiar, pues se sufren cambios abruptos, como en la necesidad de reorganizar funciones.

Una de los consejos que se brindan desde el área psicooncológica, es ‘vivir un día a la vez’.

“Sabemos que es difícil, a menudo no anticiparnos o agobiarnos por la incertidumbre que la enfermedad nos trae, es algo natural del ser humano”, añadió.

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Compartir pensamientos

El desborde de emociones cobra un enorme espacio, pues cada persona afronta y piensa de diferentes formas.

Ante ello, lo recomendado por la especialista es compartir pensamientos y emociones, no cerrarse como familia, permitirse continuar y expresar cómo se siente, validar expresiones y continuar.

Es importante pasar por un proceso de adaptación a la enfermedad, pero que esa actitud sea auténtica, no forzada.

Lo sugerido es permitirse vivir las emociones tal cual vienen. Enojarse o sentirse triste ante la enfermedad es válido.

“Lloremos si necesitamos llorar, riamos si necesitamos reír, abracémonos, compartamos en familia, regalémonos espacios para conectar con nosotros mismos, oremos, amemos… eso es lo que nos puede ayudar en este proceso”.

“Somos seres integrales: biológicos, psicológicos, sociales y espirituales. Los servicios de salud, y en este caso en particular oncología, deben contar con equipos multi e interdisciplinarios para verdaderamente dar una atención integral, de calidad y centrada en la persona”.

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