Como resultado, frente a este período de metamorfosis, que algunas veces atravesamos por decisiones conscientes y otras por eventos inevitable, tenemos únicamente dos alternativas: hundirnos o evolucionar.

 Evidentemente la primera no está sujeta a consideración, por lo que la única opción es crecer, evolucionar y transformar ese evento en el progenitor de una persona evolucionada, indestructible, e imparable.

Hoy comparto contigo tres herramientas poderosas que te sostendrán  en esos momentos difíciles, y se convertirán en estrategias robustas para diseñar un destino más próspero.

La primero que debes hacer, es pensar y visualizar profundamente el futuro que deseas para ti una vez pasado ese momento de transición o crisis.

Este ejercicio, te ayudará a programar a tu cerebro en busca de eso que tanto anhelas. 

Ésta programación consciente y activa enviará instrucciones claras a tu Sistema Reticular Activador Ascendente, el cual estará atento y vigilante en identificar las oportunidades que puedan llevarte a construir eso que tanto anhelas.

El siguiente paso es identificar tus recursos internos, es decir, las cualidades que posees y que definen quién eres, por ejemplo: soy una persona trabajadora, luchadora, determinada, disciplinada etc. Esto te ayudará a reconocer las fortalezas que posees.

Igualmente importante es identificar tus recursos externos, es decir, quiénes son esas personas que te pueden sostener y apoyar en esos momentos; por ejemplo: familiares, amigos, psicólogos, terapeutas, coaches de vida, y etc.

Por último, debes dirigir y controlar conscientemente tus pensamientos hacia el lado positivo, es decir, debes trabajar fuertemente en generar pensamientos positivos.

Ten en cuenta que los pensamientos impulsan las emociones que dan lugar a los comportamientos. De manera que, un pensamiento de éxito impulsará una emoción de éxito que dará lugar a un comportamiento de éxito. Igualmente, un pensamiento de fracaso impulsará una emoción de fracaso que dará lugar a un comportamiento de fracaso.

Por tanto en momentos de transición, la comunicación que tengamos con nosotros mismos será fundamental para mantenernos enfocados y continuar dando pasos firmes hacia adelante.

Recuerda, la situación por sí misma no determina cómo nos sentimos, sino que la respuesta emocional estará mediada por la percepción y la interpretación de la realidad.

En conclusión, tener un visión de un futuro más próspero, identificar nuestros recursos y trabajar intencionalmente en generar pensamientos positivos, son herramientas de protección y apoyo en momentos de cambio y crecimiento.