Así de simple, contabilizar o no nuestros logros inclina la balanza a favor o en detrimento de nuestra autoestima. Por tanto, debemos aprender a contabilizar nuestros logros.

Y no se trata de haber llevado a cabo grandes hazañas y proezas, se trata de estar conscientes que con voluntad, decisión y esfuerzo llevamos a cabo pequeñas o grandes tareas. En tal sentido, no importa la edad que tú tengas, ni la condición mental o física, he incluso tus ingresos económicos. Lo que verdaderamente importa, es que realices tareas o acciones que te reten y evidencien tu capacidad, y sobre todo, que estés consciente de tus talentos. Es decir, que valores diariamente lo que eres capaz de hacer.

De este modo, por ejemplo, una señora de la tercera edad cuyo objetivo y proyecto personal es mantener cuidado y hermoso su jardín, puede continuar sintiéndose empoderada y exitosa por el hecho de lograr su meta y estar consciente de su capacidad, aptitud y competencia. Contrario a ello, una extraordinaria ejecutiva a cargo de un importante departamento dentro de la organización donde labora, podría vivir una vida llena inseguridades y ansiedades, por el único hecho de no haber aprendido a contabilizar sus logros.

¿Puedes verlo? No se trata del tamaño de tus victorias o triunfos, se trata de que tomes consciencia de lo que eres y has sido capaz de hacer.

Un importante ejercicio para el sano registro y computarización de tus logros, es proponerte cada día llevar a cabo pequeñas tareas, estas podrían ser, arreglar el jardín, pintar la pared que ha estado descuidada por meses, correr o caminar al menos 45 minutos al día, en definitiva, el objetivo es retarte, esforzarte y demostrarte a ti mismo cada día, que eres capaz.

Igualmente importante es que destines un momento de soledad y reflexión en el que con lápiz y papel en mano, puedas enlistar todos tus logros. No escatimes en valorizar todo lo que has logrado. Rebobina tu memoria y piensa en todo el trabajo y esfuerzo que has realizado a lo largo de tu vida. Las batallas que has sobrepasado, las decisiones trascendentales y llenas de gallardía que has tomado.

Cuéntalo todo, absolutamente todo!

Recuerda, el trabajo, construcción o reconstrucción de nuestra autoestima en el presente, depende del empeño individual de cada uno de nosotros.