Este 14 de agosto se cumplió un mes del asesinato de Said Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa (2010-2014), una fecha que el exmandatario la recordó visitando su tumba junto a sus otros vástagos, y luego se reunión con su esposa, Rosa Elena Bonilla, en una prisión femenina donde ella guarda prisión por el caso la "Caja chica de la dama".

Temprano, el domingo 14, acudió donde descansan los restos de Said, en el camposanto privado en la aldea El Chimbo, en Santa Lucía, Francisco Morazán, cerca de donde tiene su vivienda.

Lobo y sus otros hijos llevaron flores a la sepultura, fue un momento íntimo con el que recordaron al joven, alguien con carisma jovial y lleno de sueños, y que inesperadamente hombres armados le arrebataron la vida. El emotivo momento duró una hora.

Tras visitar la tumba, el exmandatario se trasladó a Támara, Francisco Morazán, para visitar a su esposa en la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social, donde guarda prisión tras ser declarada culpable por malversación de fondos cuando fungió como primera dama y está a la espera de que se le dicte condena.

Lobo Dijo que ella está muy afectada, no sólo por el encarcelamiento, que calificó de "ilegal", sino por la pérdida de su hijo.

Tunota.com intentó abordar a Lobo para conocer más detalles del asesinato, del avance de las investigaciones y qué pudo originar el ataque, pero se quedó sin palabras y no respondió más sobre lo ocurrido el fatídico 14 de julio.

"Es algo de lo que por ahora, no quiero hablar, el dolor está latente". dijo.

Relacionado: Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, dos expresidentes hondureños marcados por la tragedia

Antecedentes

Said, el día de su asesinato, acudió a una discoteca en el bulevar Morazán en Tegucigalpa. En ese lugar se reunió con su hermano menor, Luis, sus amigos, y su fiel guardaespaldas, que por más de 10 años lo cuidó, Norlan Rivera, que también perdió la vida en el atentado.

A las 2:00 a. m. abandonó el local, junto a él también salió su hermano y los dos amigos que murieron en el ataque: Salomón Vásquez y Luis Zelaya.

El vehículo en el que iba Said llegó a la posta de salida del establecimiento, se detuvo para pagar el estacionamiento y esperó que se alzará la barra para salir, pero un vehículo se le atravesó. De este bajaron varios hombres armados con indumentaria de la entonces Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas para acribillarlos.

Ninguno imaginó que era un falso operativo, al contrario, todos respetaron a los falsos policías y acataron las órdenes de aquellos sicarios que los pusieron contra una pared y luego los masacraron a disparos. Fue una agresión brutal que en dos minutos acabó con sus vidas.

Interés: Pepe Lobo revela por qué casi no podía caminar el día que asesinaron a su hijo Said

La cortina de humo que se formó producto de las ráfagas de disparos fue como el adiós que se les dio a los jóvenes. Los matones huyeron del lugar, montaron veloz carrera, aunque uno de ellos fue alcanzado por las balas que disparó el guardaespaldas del hermano de Said, y cayó herido. Uno de los compinches lo recogió y se lo llevó.

En el estacionamiento quedaron tendidos los cuatro cuerpos, mientras que los guardias del centro se veían impotentes, nerviosos. Minutos después bajó el resto de compañeros de fiesta de Said, incrédulos observaron la escena dantesca que tiñó de sangre la noche.

Apagaron la vida de cuatro jóvenes

Así apagaron la vida de cuatro jóvenes. La autoridad llegó después, prometió una investigación profunda, con resultados, pero hasta ahora hay tres detenidos. Una mujer que se encontró en el lugar en donde los asesinos ocultaron el vehículo en el que cometieron el crimen y dos jóvenes, que se supone fueron parte del grupo de sicarios que cumplió la orden de matar a Said.

De eso sí estuvo clara la Policía, que el ataque iba dirigido contra el hijo del expresidente, pero aún está pendiente que siga el hilo en la investigación y este no sea un caso más que quede en total impunidad.

De interés: Un arreglo floral reposa en el lugar de la masacre en la que murió hijo de 'Pepe' Lobo