Volver a clases es una primera necesidad para restablecer el vínculo entre los docentes y los estudiantes en el aula, han recalcado los académicos consultados por HRN.

La pandemia ha dejado un balance "desastroso para el sistema educativo de Honduras", el país más atrasado en esa materia a nivel de la región.

El embajador de Costa Rica en Honduras, Mauricio Herrera, dijo que en su país el regreso a la escuela ha sido una prioridad y recordó que desde 2020 se puso en marcha un proceso de ajuste, con el fin de mantener la relación entre los estudiantes y los docentes que es necesaria para la transmisión de contenidos.

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En Costa Rica, los docentes mantuvieron contacto con el 98 por ciento de los educandos. Las autoridades siempre tuvieron claro que es importante retomar las actividades académicas en el entendido que el desarrollo de nuestros países está basado en la educación.

La inversión del gobierno en el rubro educativo es del 30 por ciento del presupuesto. Asimismo, se ha triplicado la partida dirigida a la reconstrucción y mantenimiento de la infraestructura escolar.

En Honduras la realidad es otra. Se estima que el 60 por ciento, si no es que el 70 u 80 por ciento de los centros de enseñanza tienen una infraestructura dañada o destruida. Es una de las razones que impiden la vuelta a clases completamente presenciales.

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Reacciones

El vicerrector de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH), Javier Mejía, señaló que en la enseñanza superior se han fortalecido las condiciones para el desarrollo de actividades académicas, mediante la revisión de los planes curriculares y la capacitación de los maestros en la aplicación de herramientas virtuales eficaces.

En las universidades corre un programa híbrido de clases virtuales y presenciales como tendría que suceder en los niveles básico y secundario.

El retorno a clases debió producirse hace mucho tiempo. Sin embargo, en países como el nuestro este proceso ha ido más lento.

Las razones son múltiples: no se ha logrado la inmunización completa de los estudiantes ni de los docentes, la mayoría de las escuelas no cuenta con buenas instalaciones y la matrícula ha caído estrepitosamente.

Lo que hay que entender es que la educación es prioritaria para el progreso de nuestro país y que todos los esfuerzos tienen que ir dirigidos a volver a las aulas, rescatar los años que se han perdido en aprendizaje; y, sobre todo, elevar la cobertura y la calidad.

La interrupción del vínculo entre docentes y alumnos, a causa de la pandemia, ha tenido efectos muy negativos en el proceso educativo. En lo que respecta a Honduras, la emergencia puso de manifiesto la profunda injusticia en el acceso a la enseñanza-aprendizaje.

La orden es volver a clases para romper la inequidad y para hacer de la educación la vía que lleva directo al progreso.

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