Un día don Efraín Sánchez, de 63 años, despertó y notó una hinchazón anormal en sus piernas. "No podía caminar bien, sentía cansancio y dolor de cabeza casi todo el tiempo", recuerda uno de los tantos enfermos renales que existe en Honduras.

El 10 de diciembre de 2021, gracias a la ayuda de familiares, se trasladó desde su natal Brus Laguna, en Gracias a Dios, hacia Tegucigalpa, capital de Honduras. Días después se le atendió en el Hospital Escuela Universitario de esta ciudad.

Un médico, de quien no precisó el nombre, lo derivó a Diálisis de Honduras, donde cada año se atienden a unos cuatro mil enfermos renales.

Él comenzó su tratamiento el 17 de diciembre de 2021. "Lo recibo tres días a la semana", explica, "martes, jueves y sábado", precisa. "Siento que sí he mejorado, ya estoy un poco mejor, pero todavía requiero de una operación", comentó don Efraín, de tez trigueña y cuya mirada denota décadas de agotamiento, en una entrevista con tunota el pasado 10 de marzo, el Día Mundial del Riñón.

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Enfermedad

La insuficiencia renal es la disminución de, al menos, el 15 por ciento de la capacidad que poseen los riñones de liberar toxinas en la sangre y expulsarlas a través de la orina.

Datos de la Unidad de Prevención del Paciente Renal de la Secretaría de Salud establece que el número de hondureños con algún tipo de daño renal es "incalculable", pero se estima que podría haber unos siete mil con insuficiencia renal aguda; es decir, cuando la capacidad está por debajo del 30 por ciento.

Algunos son atendidos, como se indicó al inicio del texto, en Diálisis de Honduras y otros en los principales hospitales públicos de Tegucigalpa y San Pedro Sula -las dos ciudades más pobladas-, el Hospital Escuela Universitario y el Hospital Mario Catarino Rivas, respectivamente.

De igual modo, el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) cuenta con programas de atención a pacientes renales.

Falta banco de órganos

Para tratar a pacientes renales hay tres tipos de tratamiento: diálisis peritoneal, hemodiálisis y trasplante de riñón. En Honduras, los primeros dos son los más utilizados, y el tercero, es algo que "está en deuda", según el reconocido médico forense Denis Castro Bobadilla, quien, como diputado del Congreso Nacional, abogó por la instalación de un banco de órganos en el país.

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En 2018, el Hospital Escuela Universitario inauguró el Laboratorio de Histocompatibilidad, el cual hasta 2021 realizó más de 320 análisis, según conoció este medio de comunicación.

Asimismo, de acuerdo con el Registro Nacional de las Personas (RNP), son 443,121 hondureños los que dijeron "sí" cuando se les consultó si estarían dispuestos a donar sus órganos después de morir, al momento en que se enrolaron con el propósito de obtener el Documento Nacional de Identificación (DNI).

"El laboratorio ya está, los donantes ya están en las nuevas cédulas, entonces, ¿qué hace falta? Un banco de órganos, algo sencillo", comentó Castro Bobadilla a tunota.

Ley

En Honduras, durante 2014, se creó la Ley de Trasplante y Extracción de Órganos y Tejidos Humanos, pero esta carece de reglamento. "Es a la Secretaría de Salud a quien ahora le corresponde organizarse y establecer el reglamento de funcionamiento de los bancos de órganos, así como designar quién lo va a manejar, que perfectamente podría ser la Cruz Roja", manifestó.

"El problema", consideró Castro Bobadilla, "es que en Honduras hay varias personas que se benefician del multimillonario negocio de la hemodiálisis. Hay egoísmo e hipocresía porque, una vez que sus familiares o ellos mismos se enferman, son los primeros que viajan a España a hacerse trasplantes renales".

No solo es el trasplante

En Honduras podrían haber unas 2,100 personas que podrían ser aptas para recibir un trasplante de riñón.

"Antes era más complicado (…) se tenía que viajar a otro país para realizarse los exámenes de histocompatibilidad e inmunocompatibilidad. Ahora se pueden realizar acá, pero vemos que el laboratorio capacitado para ello trabaja a 'cuentagotas'", indicó a tunota el nefrólogo Gaspar Rodríguez, presidente de la Asociación de Nefrología de Honduras, quien aseguró que durante 2021 el sistema estatal solo realizó un trasplante renal.

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"La iniciativa y las ganas de hacerlo están, pero no hay medicamentos inmunosupresores. No solo es cuestión de hacer el trasplante y ya, como si de hornear un pan se tratase, existe un tratamiento de por vida. Si el sistema no se lo garantiza al paciente, se necesitará una inversión mensual de L30 mil.

¿Cuántos hondureños tienen esa capacidad? Creo que solo un exgobernante corrupto", lamentó Rodríguez.

En Honduras, el costo de un trasplante renal -en el sector privado-, según comentó Rodríguez, va de los L500 mil a los L700 mil. "A ello hay que añadir exámenes, tratamientos y controles".

Voluntad

Suyapa Figueroa, presidenta de la Comisión de Salud en el Congreso Nacional, expresó que en realidad "no existe una intención de promover el trasplante de órganos".

En el caso de los riñones, recordó, la mayoría se han realizado entre donadores vivos relacionados -o, sea, entre parientes-.

Al igual que Rodríguez, expresó su preocupación ante la escasa o nula provisión de medicamentos inmunosupresores. "El verdadero costo, el de la cirugía, se pierde cuando no existe disponibilidad de medicamentos", señaló en diálogo con tunota.

Añadió que, aunque es una cirugía "que no tiene mayor complejidad", primero se tiene que desarrollar al sistema sanitario público. "Nos preocupa que exista un banco de órganos, pero de parte de las autoridades no se observa voluntad. De momento, es casi imposible una política de trasplante adecuada", sentenció.

Prioridad

El ministro de Salud, José Manuel Matheu, expresó semanas atrás, durante una comparecencia en el Legislativo, que los pacientes renales son -y serán- una una de las prioridades de su gestión.

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