Alejandro Kaffati es un joven apasionado que se involucra en la vida profesional y personal con una rutina activa y saludable.

Tiene 25 años y considera que aún está ‘en la flor de la juventud’. Es licenciado en Economía y tiene una especialidad en políticas públicas obtenida con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo.

Hoy es economista del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).

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Nació en San Pedro Sula, donde vivió 16 años. Luego viajó a Tegucigalpa a terminar sus estudios.

Ese cambio de ciudad se convirtió en una eterna discusión con sus amigos porque él se considera sampedrano, aunque -paradójicamente- se dice “capitalino naturalizado sampedrano”.

Le encantan los deportes, practica ciclismo e incluso participó en las ligas amateur y semiprofesional del fútbol.

Considera que es un sueño frustrado. En la Liga Nacional simpatiza con el Marathón. “No nos ha ido bien, pero Marathón me ha conquistado porque es un equipo de luchadores".

Alejandro Kaffati es un apasionado por el ciclismo. Foto: Instagram.

No obstante, el equipo de sus amores es el River Plate, de Argentina. “Uno de mis sueños es ir a ver un Superclásico River vs Boca en el Monumental y poder vivir esa pasión que me entusiasma".

Es un joven carismático y muy amigable, aunque de entrada parece una persona sumamente seria, especialmente por su perfil profesional. “Ya en confianza soy todo lo contrario”, expresa.

Su familia

Alejandro Kaffati disfruta estar con familia o sus amigos. “No me considero una persona solitaria en lo absoluto; siempre necesito la interacción en el ámbito profesional o personal, así como en la diversión o entretenimiento”.

Dice que su familia lo es todo. Que viene de clase media, “de la clase trabajadora del país”.

Su papá es de origen olanchano y su mamá es de ascendencia palestina. Con su hermana, un año y medio menor que él, también son muy unidos.

“Estamos en las buenas y en las malas, siempre luchando por un mejor futuro, tanto como familia y como país”.

Alejandro Kaffati es un joven sociable y carismático. Foto: cortesía.

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En una conversación con En Primera Plana de tunota reconoce que muchos de sus principios se deben a la formación de sus padres, especialmente por el esfuerzo que hicieron para darle lo mejor en educación y bienestar; pero, también comparte sus puntos de vista sobre la realidad nacional.

¿Cómo analiza la situación actual del país?

Históricamente, Honduras ha sido un país complicado y este momento no es la excepción. Las transiciones de gobierno siempre son difíciles.

A eso se le suma una pandemia, la covid-19, que puso en aprietos las finanzas de los hogares, de las empresas, la economía nacional. Dos huracanes de los que aún se sienten efectos adversos en la zona norte, una costa productiva.

Creo que, si no se toman las medidas necesarias, inmediatas y oportunas, el país podría estar dirigido a una crisis económica de la que no será tan fácil salir.

El mundo entero está viviendo una crisis producto del retraso de los contenedores, el incremento sostenido de los derivados del petróleo y, por lo tanto, las ayudas, son cada vez más escasas.

¿Cómo valora el cambio de gobierno?

Ha generado una esperanza para la población nacional y la comunidad internacional. Hacen grandes esfuerzos para el crecimiento económico y calidad de vida.

¿Qué necesitamos?

Tener una visión como país. El gobierno necesita tener una visión clara de qué quiere hacer para poder aprovechar los esfuerzos y que esta no sea una década pérdida, sino de oro para la economía y el bienestar de los hondureños.

El gobierno actual dijo que el gobierno anterior dejaba L800 millones en caja, pero hace dos semanas anunciaron el pago de la cuota de una deuda de L12 mil millones ¿Cómo se puede interpretar eso? Es un discurso por un lado y un discurso por otro.

No es un problema de insolvencia, sino de liquidez temporal. El país no tiene los recursos suficientes, pero sí los necesarios para hacer frente a las obligaciones internacionales, como el pago de la deuda y las obligaciones nacionales como el financiamiento de presupuesto.

El presupuesto, así como está, es un problema…

Es uno de los principales problemas. Estamos con una piedra en el zapato.

El presupuesto de nuestro país es el más alto de Centroamérica y representa casi el 50% del producto interno bruto de la producción económica nacional. Hay que reorientarlo a aspectos de inversión productiva.

¿Le parece justo que, a la mipyme, y en general la clase media, le toque pagar el aporte a la energía gratis?

Para poder ser más productivos y mejorar la calidad de vida, la energía eléctrica es fundamental, no solo para los hogares, sino también para el país.

No obstante, considero que la política de subsidio que se ha implementado ha sido errónea, pero se puede mejorar. El subsidio de la energía debería ser focalizado al segmento de la población que realmente lo necesita. Entonces, creo que esto sería reformular para que de verdad tenga que llegar a quien tenga que llegar y poder minimizar los impactos negativos sobre las finanzas públicas.

Ya se ha demostrado ampliamente del impacto negativo sobre la clase media y la clase productiva del país, que son las empresas.

El gobierno debería rectificar la idea y formular una verdadera política pública de subsidios para no afectar más las empresas.

Están en un momento de reactivación y poner más carga a los hogares y empresas podría generar un efecto adverso más grave del que estamos viviendo.

¿Qué impresión le dejan los nombramientos que está haciendo el gobierno?

El tema de los nombramientos históricamente se ha manejado de una manera política. Si este gobierno, de verdad quiere hacer bien las cosas, debe apegarse al debido procedimiento, al respeto del marco normativo e institucional que está, y al respeto del Estado de derecho.

Debe respetar la normativa ya establecida para seleccionar los funcionarios tanto en segundo grado como en el caso de la Corte y en el Ministerio Público, por parte del Congreso Nacional.

De la misma forma, los nombramientos que hace directamente la presidenta Xiomara Castro. Esto sería un mensaje extraordinario para la comunidad nacional e internacional de que verdaderamente estamos comprometidos por hacer diferentes las cosas.

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