La casa de Rolando Sierra está repleta de libros. "Hay unos siete mil libros acá", asegura. Pero esa colección inició con una peculiar historia. "Habían veces en que no almorzaba, tal vez dos veces por semana, y guardaba el dinero para comprar un libro", recuerda.

Su biblioteca alberga múltiples obras, unas han sido compradas y otras donadas. Algunas de ellas pertenecieron, por ejemplo, al excanciller Edgardo Paz Bárnica y al intelectual Ramón Oquelí.

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Sierra es un reputado investigador y académico, actual director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Honduras y recientemente galardonado con el Premio Nacional de Ciencia.

Doctor en Pensamiento y Análisis Político en la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, España, su análisis del contexto político y electoral es altamente calificado. Trabajó en el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y en la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, instaurada tras el golpe de Estado en 2009 contra el expresidente Manuel Zelaya (2006-2009)

Afirma, en ese sentido, que buena parte de la polarización política actual se generó como una consecuencia de lo que ocurrió en ese momento.

"La consecuencia es que se dividieron los partidos políticos, las organizaciones, las familias y diversos sectores de la sociedad", indica el investigador nacido en Tegucigalpa, Francisco Morazán, en 1965.

En esta ocasión, desde su residencia ubicada en la pintoresca Santa Lucía, Francisco Morazán, atendió a En Primera Plana de tunota.com. Durante la conversación repasó su trayectoria profesional y su obra intelectual pero, además de ello, comentó temas que aborda perfectamente como la corrupción y la política.

Sierra aprovechó para hablar de las elecciones generales que se celebrarán el domingo (28.11.2021); de lo que espera por parte de los ciudadanos y los candidatos, así como de lo que pronostica después de los comicios.

"La participación ciudadana es el punto de partida para construir democracia. Tenemos que ejercer el sufragio. Hay diversas opciones y es responsabilidad nuestra elegir a las autoridades y a quienes nos representarán", considera.

Pregunta: Felicidades por su Premio Nacional de Ciencia, ¿cómo lo recibe?

Respuesta: Muchas gracias. Lo hago con mucha alegría y en memoria de mis padres, Víctor Sierra y Hermilda Fonseca, como un reconocimiento a todos los esfuerzos que hicieron por mi formación y mi educación.

También es un tributo a todas las instancias en las que he podido trabajar, pues todas me han facilitado espacios y recursos para hacer trabajos de investigación. También se lo debo a mis amigos y a mis familiares.

El 22 de noviembre se hizo acreedor del Premio Nacional de Ciencia, otorgado por la Secretaría de Educación. Foto: Henri González / tunota.com

P: ¿Cómo percibe las recientes campañas políticas?

R: He visto, a partir de los planes de gobierno mínimos, que no hay estrategias claras diseñadas para que el país salga adelante. Y, en este proceso específico, he observado que lo que menos ha existido es la propuesta, ha sido una campaña caracterizada por la violencia. Hay muchas campañas de odio y desprestigio hacia los demás candidatos. Mire cuántos candidatos han sido atacados o asesinados. Terrible.

P: ¿Qué tanto repercutió lo que ocurrió en 2009 con la polarización que actualmente vemos?

R: Definitivamente. Como usted bien lo plantea, el primer impacto generado por el golpe de Estado fue la polarización de la sociedad hondureña. Ello provocó una reconfiguración del sistema partidario, se pasó de un bipartidismo a un multipartidismo. La consecuencia es que se dividieron los partidos políticos, las organizaciones, las familias y diversos sectores de la sociedad.

Por tal motivo, uno de los principales desafíos del próximo gobierno es retornar a un diálogo nacional, a un consenso. Sin embargo, tiene que ser un diálogo verdaderamente incluyente en el que participen todos los sectores de la sociedad y que lleguen a acuerdos mínimos para que, en consecuencia, el país entre en rumbo hacia un desarrollo más sostenible y equitativo.

Uno de los principales desafíos del próximo gobierno es retornar a un diálogo nacional

ROLANDO SIERRA

P: ¿El multipartidismo es una señal de una democracia incluyente o no?

R: Sí, es importante que haya diversidad de opciones, pero en realidad el sistema funciona -en la práctica- con tres partidos, usted sabe bien cuáles son. Además, vemos que se forma un partido y automáticamente hace alianza con otro. No obstante, no vemos una senda de consolidación de esos nuevos institutos políticos.

P: ¿Qué panorama ve después del 28 de noviembre?

R: El problema de estas elecciones es que estamos llegando, por primera vez, con 16 partidos políticos en contienda. Asimismo, con una nueva Ley Electoral que, desde mi punto de vista, es tardía e incompleta. En realidad, no generó los mecanismos que se requerían para evitar las crisis político-electorales de los últimos procesos. Ya sabemos que quien gane, de acuerdo a las estimaciones, lo hará con un margen mínimo y con poca parte del electorado. Ello, lógicamente, podría generar violencia. Sostengo que quedó pendiente la segunda vuelta electoral. Y creo que ha sido una reforma de las instituciones, más que una reforma sustancial.

P: ¿Qué espera de la ciudadanía el 28 de noviembre?

R: La participación ciudadana es el punto de partida para construir democracia. Tenemos que ejercer el sufragio. Hay diversas opciones y es responsabilidad nuestra elegir a las autoridades y a quienes nos representarán. Se requiere de un proceso de reflexión y discernimiento, analizar las propuestas de los partidos y de todos los candidatos. Luego, también tenemos que darle seguimiento al trabajo de las personas electas, no solo quedarnos en esa primera fase de la democracia participativa, sino que pasar a la democracia deliberativa.

La participación ciudadana es el punto de partida para construir democracia

ROLANDO SIERRA

P: ¿Y de los candidatos qué espera?

R: En primer lugar, los políticos tienen que asumir el proceso con la madurez requerida. Las crisis generadas desde 2009 han tenido un fuerte impacto y creo que una nueva crisis política hundiría aún más al país. Por ello, los candidatos tienen la responsabilidad de aceptar los resultados. Obviamente, si un fraude es evidente, hay que denunciarlo y luchar contra ello, pero siempre bajo una perspectiva de madurez.

Sierra, quien trabajó en el Consejo Nacional Anticorrupción, es un experto en temas de gobernabilidad y corrupción. Foto: Henri González / tunota.com

P: Desde su perspectiva, ¿existe voluntad política para combatir la corrupción?

R: Si se ha venido creando una institucionalidad contralora para luchar contra la corrupción, pero tiene muchos vacíos y límites. Vemos que muchas instituciones no pueden ir más allá de la investigación y que también existe bastante contradicción en las leyes. Además de ello, la institucionalidad contralora en Honduras tiene bajo presupuesto en comparación con el resto de países en la región.

Hemos visto que se han creado instituciones a raíz de demandas ciudadanas, pero no ha sido en perspectiva de crear una institucionalidad verdaderamente fuerte. Lo hemos observado recientemente con la salida de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), una clara señal de que no hay voluntad política. Después prometieron que iban a fortalecer Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (UFERCO), pero no hemos observado nada de eso.

P: ¿Dónde se origina la corrupción?

R: De acuerdo a los análisis que hicimos en los informes del CNA, la corrupción tiene que ver principalmente con las formas de financiamiento de los partidos políticos. En Honduras las campañas políticas son de muy alto costo, entonces los partidos tienen que recurrir a fondos, algunos en sectores empresariales, otros en fondos ilícitos. Y entonces, cuando llegan al poder, tiene que devolver esos favores. Ello se ve reflejado, por ejemplo, en beneficios con contratos. Para combatir la corrupción hay que ver cómo se cambia el financiamiento de las campañas políticas.

P: ¿Se puede atribuir a un deterioro en los valores?

R: Bueno, la corrupción tiene varias características. Es estructural, sistémica, transversal, conductual y, hoy en día, globalizada. Existen redes internacionales de corrupción. Sí, tiene que ver con los valores, pero pareciera que las instancias generadoras de valores tienen problemas, es decir, la familia, la escuela, la religión y los medios de comunicación. Creo que la lucha contra la corrupción se debe realizar con el fortalecimiento de las instituciones, no sólo pasa por los valores.

La lucha contra la corrupción se debe realizar con el fortalecimiento de las instituciones

ROLANDO SIERRA

P: ¿Qué tanto daño causa que el hondureño tolere la corrupción?

R: Mucho, el impacto de la corrupción tiene que ver con problemas de eficiencia y eficacia, genera desconfianza entre las personas, así como hacia las organizaciones y las instituciones. Los niveles de confianza hacia las instituciones y la comunidad son demasiado bajos en Honduras. Ello, como consecuencia, hace que no exista organización y solidaridad. Existe, por ende, un individualismo puro y se pierde la capacidad de desarrollar proyectos colectivos.

P: La desconfianza también genera desesperanza.

R: Claro, la desconfianza se traduce en desesperanza y es a partir de esa visión fatalista de la vida que los hondureños no vemos mucho futuro, consideramos que todo es fracaso. La desconfianza, además, está entrelazada con la corrupción y la falta de oportunidades. Entonces, por ello vemos a miles de compatriotas que ven como única alternativa migrar o meterse al crimen organizado.

P: ¿Ha tocado fondo Honduras?

R: Desde afuera se ve a Honduras como una sociedad colapsada, sobre todo a causa de ese debilitamiento de la institucionalidad. De igual forma, tenemos un Estado de Derecho quebrantado, es por ello que vemos tanta migración forzada y violencia.

P: ¿Está de acuerdo con esa tesis?

R: Considero que es una imagen bastante fuerte y drástica pero creo que, como sociedad, aún hay fuerzas que buscan cambios. Creo, además, que todavía existe un equilibrio mínimo, pero no sé hasta que punto será sostenible. Y, si lo es, será a un altísimo costo. Por ello, tenemos altos niveles de pobreza e inequidad actualmente. Somos un país que vive en constantes crisis y aún así nos las ingeniamos para sobrevivir.

Somos un país que vive en constantes crisis y aún así nos las ingeniamos para sobrevivir

ROLANDO SIERRA

P: ¿Esto se ve traducido en las elecciones?

R: Sí, vea ese porcentaje de abstencionismo en torno al 45 por ciento que hemos tenido, esas personas que se quieren ir del país son los que no van a votar. Este es un mensaje claro para los candidatos políticos.

P: Hablemos de sus orígenes. ¿Dónde nació?

R: Nací en Tegucigalpa, en el Seguro Social, el 1 de abril de 1965, pero mis papás eran originarios de Yauyupe, El Paraíso. Ellos migraron hacia Tegucigalpa y luego hacia Ajuterique, Comayagua. Y finalmente regresaron a la capital. Somos ocho hermanos y el mayor nació allá, en Ajuterique.

R: ¿Mantuvo contacto con Yauyupe y Ajuterique?

R: Sí, siempre tuvimos contacto con Yauyupe y Ajuterique. De hecho, en mis vacaciones siempre me iba a pasar allá. Fui el nieto consentido de mi abuela y ella me llevaba siempre a donde iba. Aún continúo visitando ambos lugares porque allá viven tíos y primos.

P: Un matrimonio de historiadores, ¿cómo y dónde conoció a Yesenia Martínez?

R: La conocí en un congreso de historia en Costa Rica. A pesar de que ambos somos hondureños, no la había conocido acá anteriormente. Ya son cerca de 22 años conviviendo juntos. Es mi segundo matrimonio y tenemos una hija de 21 años, que se llama María Camil. Con mi anterior esposa tuve dos hijos, Clara Rocío y Rolando José.

P: Tiene una envidiable formación académica, ¿dónde estudió?

R: Estudié en la Escuela Jesús Aguilar Paz, en Comayagüela, donde realicé mis estudios primarios. Tuve excelentes profesores, muchos de ellos eran importantes dirigentes magisteriales de la década de 1970, con mucha preocupación en la formación de los jóvenes. Eso fue algo muy importante, pues me ayudó en mi posterior formación.

Después en el Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC), allí cursé el Ciclo Común y el Bachillerato en Ciencias y Letras. Posteriormente, fui a estudiar a Costa Rica tres años, filosofía y teología. Luego regresé a Honduras, a estudiar Historia en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Tiempo más tarde, una beca me ayudó a estudiar en Chile. Allá cursé dos maestrías, una en Ciencias Sociales con especialidad en Ética y Desarrollo, y otra también en Ciencias Sociales pero con especialidad en Sociología de la Cultura y de la Religión. Finalmente; en España, me doctoré en pensamiento y análisis político en la Universidad Pablo de Olavide.

Con una profunda formación académica y una serie de publicaciones, Sierra es considerado un reputado intelectual. Su obra está esencialmente enfocada a la historia de la Iglesia católica en Honduras. Foto: Henri González / tunota.com

P: ¿Esa acuciosidad por la investigación de dónde surgió?

R: Tuve muy buenos profesores en la escuela primaria que abrieron la idea de leer y estudiar. Luego, en la secundaria cursada en el ICVC, tuve un excelente profesor en el área de las ciencias sociales, Víctor Manuel Ramírez, quien fue una verdadera inspiración para mí. Él siempre me impulsó en una perspectiva de la investigación. Posteriormente, pude dirigirle la tesis de maestría, pero lamentablemente murió antes de defenderla.

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P: Muchas de sus obras están enfocadas a la religión, ¿influyó esa formación recibida en Costa Rica y Chile?

R: Sí, definitivamente. Haber estudiado filosofía y teología me ayudó mucho a interesarme por la historia de la iglesia a nivel universal y latinoamericano. Luego, cuando regresé a Honduras, noté que había muy poca obra relacionada con la historia de la Iglesia, la información no estaba sistematizada, sobre todo la del siglo XIX y del siglo XX. Entonces inicié una investigación con la historiografía de la iglesia en Honduras. He escrito muchas obras sobre el liberalismo y la iglesia en Honduras.

P: ¿A qué atribuye el auge de las iglesias evangélicas en Honduras?

R: La Iglesia católica, a pesar de su antigüedad, ha sido relativamente débil en Honduras. Durante la época colonial vinieron muy pocos religiosos, con una institución carente de jerarquía y un escaso clero. Si bien había un catolicismo popular, la iglesia como institución ha sido relativamente pequeña y débil. Hay muy poco clero y sacerdotes.

Luego empieza, en el siglo XX, ese gran proyecto de las iglesias protestantes y evangélicas de los Estados Unidos de hacer misiones en diversos países de Latinoamérica. A partir de 1980, concretamente, se crea un proyecto de establecer las iglesias protestantes dados los conflictos y el papel asumido por la Iglesia católica en favor de los movimientos sociales, especialmente de los movimientos campesinos. Y, en ese contexto, dada la debilidad de las Iglesia católica y a las necesidades socio-religiosas, se genera este crecimiento.

P: ¿El Estado laico en qué posición se encuentra?

R: Si bien la Constitución plantea la separación de la iglesia y el Estado, hemos visto que los políticos han acudido a las iglesias en búsqueda de legitimidad y existe una relación muy directa entre las iglesias y el gobierno, especialmente de parte de las evangélicas. Entonces vemos que, prácticamente, los líderes de las iglesias están cerca de los gobernantes. Desafortunadamente, es algo que no se hace desde una perspectiva de la tolerancia o del pluralismo religioso.

Existe una relación muy directa entre las iglesias y el gobierno

ROLANDO SIERRA

P: ¿Qué consecuencias puede traer esa injerencia de la religión en asuntos del Estado?

R: El problema es cuando un Estado se vuelve confesional. Lo hemos observado, por ejemplo, en países del Medio Oriente. Está claro que se requiere de un pluralismo religioso, pero debe existir una separación entre una cosa y la otra. Obviamente es necesaria una colaboración, la iglesia juega papeles importantes con los sectores más desfavorecidos del país, claro que esa ayuda es necesaria, pero se requiere de un contexto de separación de la iglesia y del Estado.

Los libros están presentes en cualquier rincón de la residencia de Sierra. "Hay más de siete mil", asegura. Foto: Henri González / tunota.com

P: ¿Cuántos libros hay en su casa?

R: Hay unos 7 mil libros y he leído un aproximado del 70 por ciento de ellos.

P: ¿Todos han sido comprados?

R: No todos, pero sí, muchos los compré desde que comencé a trabajar. Habían veces en que no almorzaba, tal vez dos veces por semana, y guardaba el dinero para comprar un libro. También me han regalado muchos de ellos, donados en herencia. De hecho, parte de la biblioteca de Edgardo Paz Barnica, Ramón Oquelí y Guillermo Molina Chocano está acá.

Habían veces en que no almorzaba, tal vez dos veces por semana, y guardaba el dinero para comprar un libro

ROLANDO SIERRA

P: ¿Cuál fue su primer trabajo?

R: Empecé a trabajar en 1986 en el Instituto Hondureño de Desarrollo Rural (Ihder), donde se me encomendó la organización de un centro de documentación sobre la reforma agraria, los movimientos campesinos y el desarrollo rural. Allí trabajé durante cinco años y comencé algunas investigaciones pequeñas.

Luego laboré con monseñor Raúl Corriveau, obispo de Choluteca, apoyándole en investigaciones y publicaciones que se requerían. En 1990, juntos, creamos Ediciones Subirana, en donde hemos venido publicando libros sobre Honduras en cuatro colecciones distintas. Han sido cerca de 55 libros, todos referentes en la bibliografía hondureña.

P: ¿Dónde más ha trabajado?

R: Trabaje en Cáritas Honduras. Luego, en 1996, ingresé al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el equipo para que elaboró informes sobre desarrollo humano en Honduras. Fueron cerca de 9 o 10 años trabajando allí, después lo hice como consultor independiente.

Tiempo más tarde, trabajé en el Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh) y en el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) como coordinador de la Unidad de Conocimiento y Análisis, donde hicimos varias investigaciones sobre temas de transparencia, gobernabilidad y corrupción.

De igual modo, tuve la oportunidad de trabajar como editor en el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación que se publicó en 2011 y también en la Unidad de Seguimiento a las 84 recomendaciones incluidas en ese documento.

Actualmente, Sierra es director de la Flacso en Honduras. Foto: Henri González / tunota.com

P: Actualmente está en la Flacso, ¿correcto?

R: Así es, en 2014 fui llamado por la entonces rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, quien me propuso ser director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Honduras, que desde ese año existe en el país. Honduras se había adherido al convenio de la Flacso desde 1976, pero la aprobación del proyecto se dio hasta 2014. Ya llevo dos periodos como director y he desarrollado varios proyectos allí como profesor e investigador.

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