×
Suscríbete a TuNota

TUNOTA

img

Criminalidad desbordada, discursos paliativos y cifras superpuestas


La violencia criminal se ha ido de control este año.

Temas relacionados

A la luz de los datos estadísticos proporcionados por los mismos entes de seguridad y de investigación, la comisión de homicidios se ha incrementado en más de seis por ciento este año, respecto al anterior.

Hasta la primera semana de diciembre, se contabilizan 3,655 crímenes, frente a 3,437 eventos sangrientos reportados en el mismo intervalo de 2018.

El promedio diario ha tenido una variación entre nueve y 12 sucesos, en contraste con los ocho o 10 hechos que fueron consumados el año pasado cada 24 horas.

El asesinato de empresarios y operadores de transporte, los crímenes contra las mujeres, las escenas en las que pierden la vida los jóvenes, las masacres y los eventos descarnados en las cárceles y en los centros para menores infractores, sellan el recrudecimiento de la criminalidad en nuestro país.

La sangre se derrama a raudales en el país, lo que denota que las acciones tendientes a perseguir y desbaratar las redes delictivas no han sido efectivas o lo suficientemente enérgicas.

Algo está fallando en la lucha contra la violencia. Las estrategias de los cuerpos élites no son acertadas o, al menos, requieren ser revisadas para que no sean ejecutadas de manera aislada.

El punto de mayor debilidad sigue siendo el funcionamiento del aparato investigativo. Su ineficacia es de tal magnitud que la impunidad se estima en no menos de 96 por ciento; esto es, sólo cuatro de cien crímenes son resueltos.

Los funcionarios que están al frente de las tareas de seguridad, investigación e inteligencia redundan en sus explicaciones, casi siempre insípidas acerca de la violencia criminal.

Con frecuencia escuchamos a estos burócratas de alto rango. Nunca suelen ofrecer respuestas contundentes ante el incremento desordenado de los homicidios, ya sean éstos simples o múltiples.

Con asombrosa ligereza, los titulares de las dependencias estatales encargadas de garantizar seguridad, perseguir el delito, ejercer la acción penal o impartir justicia, se abandonan en respuestas insulsas o se escudan en estadísticas de fachada.

Se limitan a responder: "Los casos se están investigando y resolviendo", en una manifestación de incapacidad ante el desafío de la inseguridad y en una demostración de su estado de letargo y torpeza frente al acoso de los grupos delictivos.

Dado el rápido avance y expansión de la criminalidad, lo que urge es el replanteamiento de las políticas que incluya una estrategia diversificada y focalizada, porque los malhechores organizados están al acecho siempre.


LO MÁS LEÍDO EN COLUMNAS
MÁS DE Juan Carlos Barahona
26 Ene.. 2022

Crisis político-institucional y el reto de afianzar la gobernabilidad

La gobernabilidad de Honduras está en peligro. A esta turbulencia se expone la presidenta Xiomara Castro Sarmiento si no logra una pronta conciliación

4 May.. 2020

Condenable violencia familiar y abuso infantil

Las estadísticas reflejan que seis de cada diez feminicidios son cometidos por los cónyuges o la pareja sentimental de las víctimas.

3 Jun.. 2022

Impartición politizada de las leyes y elección de la nueva Corte Suprema

La elección de profesionales del Derecho que van a integrar la Corte Suprema de Justicia para el próximo período de 7 años, se presenta como una oportunidad para adecentar la forma en que es impartida la justicia

Recibe las mejores historias directamente a tu correo
!Suscríbete YA!

floating-whatsapp