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Los políticos que Honduras necesita

Honduras necesita esa nueva clase de liderazgos políticos y si no los hay o no los vemos, como sociedad tenemos la responsabilidad de ir y buscarlos...


Las sensaciones sobre los políticos en Honduras suelen ser ambivalentes, sus afines y cercanos los consideran  imprescindibles y necesarios, otros por su lado y me atrevo a decir que la mayoría, les ven como el principal obstáculo para el desarrollo económico y social del país y aunque es claro y  evidente su constante descrédito, la animosidad hacia ellos, particularmente en la etapa electoral, representa una rara combinación de prejuicios, bondades y rechazo, por eso al iniciar de lleno la campaña proselitista vale la pena reflexionar en los hechos positivos y negativos que respaldan y siguen a quienes hoy aspiran gobernar la nación.

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En momentos en que la sociedad se ve agobiada por los dañinos efectos de las multicrisis, gran parte de la estabilidad social y democrática necesarias para superarlas, debe venir desde la misma clase política que aspira mantenerse o llegar al poder, es vital, ineludible y no negociable una campaña de altura y no denigrante, una cruzada de propuestas concretas y no de argumentos vagos o promesas irrealizables.

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Llega el tiempo de aspirar y demandar una nueva clase de líderes comprometidos con el desarrollo del país y no politiqueros ambiciosos de poder, dinero y reconocimiento. Es el momento de exigir a quienes aspiran a cargos de elección popular comportarse responsablemente, velar por el interés general, pensar a lo grande a mediano y largo plazo. No podemos dejarnos absorber por una supuesta democracia de competencia que anima a los políticos a satisfacer las demandas de una clientela acostumbrada a recibir pan para hoy sin importar qué pasará mañana.

La nación ya no puede ni debe seguir sometida por una clase política que se vale a toda costa de la propaganda de campaña como arte para realizar sus fantasías, dramatizar un estilo de vida que no conocen, crear visiones retóricas de su personalidad que los publicistas aprovechan para convertirlos en figuras “necesarias e insustituibles” pues a falta de legitimidad, hay que buscar cercanía temporal mediante la manipulación de las causas populares.

Esta degradación de la figura del político no es simple circunstancia del momento, se trata de una muy bien planificada maniobra que busca promover la demagogia y el desinterés ciudadano ante la escasez de propuestas en el abordaje de temas prioritarios.   

Partiendo de las bases que sustentan a la política como una actividad cuyo fin primordial es el bienestar de las sociedades, en esta etapa pre electoral, las estrategias de comunicación política de partidos y candidatos deberían ir orientadas a plantear de qué manera se pretende cambiar para bien el rumbo del país y no en trivialidades como lo han hecho hasta ahora. Para ganarse el favor del electorado debe pesar más "quienes son” los aspirantes y no “que quieren" o “que buscan”.

En la carrera por la postulación presidencial, municipal y legislativa, los votantes deben pesar en la balanza el lugar que ocupan en la agenda de los candidatos, cuál es la visión de trabajo desde la perspectiva social, económica, de política interna y externa, pedir respuestas a preguntas fundamentales ¿de qué problemas se van a ocupar una vez que estén en el poder?

También se debe considerar qué tipo de personas son, cuál es su trato con los demás, su historial de vida personal, familiar, profesional o empresarial, tienen o no procesos judiciales pendientes, si han cometido o se han visto involucrados en actos reñidos con la ley, valoraciones que identifiquen si son o no merecedores de dirigir los destinos del país.

La nueva campaña electoral que se nos viene plantea ese gran dilema para la nación y sus habitantes, abrirse de una vez por todas a liderazgos nuevos, transformadores, estratégicos, organizados, con anhelos de renovación y revitalización de cuadros, las democracias urgen de partidos políticos, que hagan de la política una actividad cívica, honesta, transparente, dinámica y acorde con las exigencias ciudadanas.

Honduras necesita esa nueva clase de liderazgos políticos y si no los hay o no los vemos, como sociedad tenemos la responsabilidad de ir y buscarlos, motivarlos, formarlos, impulsarlos, apoyarlos y elegirlos.

 aldoro/aldoromerohn@gmail.com

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