No hay duda de que un nuevo año se concibe como una nueva oportunidad, pero este 2022 implica aprender a vivir y funcionar en nuevas y diferentes condiciones.
Enero es un tiempo de reflexión en el que nos planteamos metas, visualizamos cambios anhelados en nuestra vida y emprendemos proyectos personales.
Si tú, al igual que yo, estás en ese proceso de análisis y toma de decisiones, quiero invitarte a considerar algunos aspectos con los que puedes enriquecer tu vida, tu familia y tu comunidad para hacer de este un año de cosecha y éxito sin que la pandemia te detenga.
Aprende algo nuevo: Nunca en la historia fue tan fácil aprender como ahora que vivimos en la era de la información y el conocimiento. Por ello puedes encontrar fácilmente tutoriales, manuales y un sinfín de recursos útiles para seguir aprendiendo. Tú decides qué aprenderás, cómo lo harás, cuándo quieres concluir el proceso de aprendizaje y cómo poner en práctica lo aprendido.
Haz un presupuesto: Tómate unas horas para escribir los ingresos reales y seguros que proyectas en el año. También enlista tus compromisos y gastos, y toma decisiones con respecto a lo que cambiarás para tener solvencia y libertad financiera. Verás que el solo hecho de tener información clara y completa te generará el impulso para lograr cambios positivos.
Haz la lista de las personas a quienes darás prioridad y dedicarás tiempo: No lo des por hecho. Solemos creer que damos el primer lugar a nuestra familia, nuestra pareja o mejores amigos, pero la verdad es que avanzamos en el tiempo casi por azar, dejándonos arrastrar por lo urgente y dando las personas importantes “las sobras de nuestro tiempo y energía”. Una vez que tengas la lista (debe ser realista, no extensa) define cuánto tiempo les dedicarás en la semana, agrega los días, horas posibles y el tipo de actividades que te gustaría compartir con ellos, pensando siempre en lo que también ellos disfrutarían.
Decide servir a otros: Es seguro que en tu empresa, comunidad o familia hay una o más personas que necesitan ayuda. La visita y compañía a un anciano, clases de tutoría para alguien que enfrenta un reto de aprendizaje, una labor de limpieza u ornamento en tu barrio o colonia, clases comunitarias para niños o jóvenes, entre otros, son actividades de voluntariado que pueden hacer la diferencia. Procura definir una o varias de estas actividades y realízalas durante los doce meses del año.
Infórmate y participa de forma constructiva en algo que mejore tu país: Nada tiene tanto poder para transformar un país como la suma de las voluntades y acciones individuales de sus ciudadanos. Un ejemplo es el reciente proceso electoral de Honduras, en el que la decidida y masiva participación de los hondureños nos puso en la ruta de un cambio pacífico y democrático.
Como esto debe continuar, decide cuál será tu aporte para tu país este año y en qué rubro. Recuerda que para realizar grandes cambios no hace falta ser ministro, ni ocupar un puesto de mucha relevancia; debes emprender acciones puntuales como plantar árboles, mantener limpio tu entorno, ahorrar en bienes y servicios públicos, pagar puntualmente tus impuestos, comprar a emprendedores, respetar las normas de tránsito y, en fin, hacer las cosas habituales y cotidianas que pueden construir un mejor país.
