Cumpliendo 40 asumí el reto de volver a estudiar. Tomé esta decisión basada en motivos personales y profesionales. Personales porque siempre soñé con estudiar psicología y durante mucho tiempo busqué el espacio de hacerlo porque era una de mis metas de vida, hasta que el momento se dio.
La maestría, pues porque la comunicación es mi pasión y quería actualizar mis conocimientos y aprender sobre las nuevas tendencias a nivel académico para poder, junto con la experiencia profesional, ponerlos en práctica.
Muchas veces a nivel profesional el hecho de estudiar más no siempre se traduce o significa una promoción laboral. Sin embargo existen otras razones como son la satisfacción personal de hacer lo que amas y observar como te vas desenvolviendo y especializando en el área en que trabajas.
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Adicionalmente hay muchos beneficios colaterales y de largo plazo con el tema del estudio y uno de los principales es a nivel cerebral.
El aprendizaje activa mecanismos que rejuvenecen nuestro cerebro y realmente vale la pena hacerlo. Aparte que ayuda con la memoria, con la agilidad mental y te da otro propósito más. También te ayuda a que detengas o retrases el deterioro cognitivo del cerebro que se va dando con el pasar natural de los años.
Expertos definen que el aprender de adulto es darle un propósito de vida al cerebro y nos da un reto cognitivo que es fundamental para una buena salud mental.
A nivel social es beneficioso porque interactúas con personas de diferentes edades. Ya uno de adulto revive esta etapa con una madurez más amplia, con enfoque, visión y perspectiva completamente distinta que hacen que disfrutes y aprendas de una manera distinta a como lo hicimos de joven. También estudiar ayuda a mejorar nuestras funciones ejecutivas, organización, planificación, metas, logros, y mejorar nuestra capacidad de toma de decisiones.
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El factor motivación es importantísimo porque es un proyecto nuevo que causa mucha ilusión, que nos da un por qué. Lo que sí hay que cuidar es no sobre saturarnos y cargarnos con demasiado pues tendremos mucho en las manos y podemos descuidar alguna de las otras cosas que deben seguir marchando igual de bien o mejor, como por ejemplo el trabajo y la vida familiar.
Desde mi experiencia les comento que ha sido algo lindo, muy gratificante, fructífero y enriquecedor. Así que si encuentras un espacio, anímate. Yo sé que requiere muchísimo sacrificio pero al final vale la pena, y si has deseado sacar un diplomado, un curso, una carrera, una maestría, algo para reforzar tu experiencia y tu conocimiento previo, pues ¡ vamos! Sin miedo. Nunca es tarde.
“ Estudia, no para saber una cosa más, sino para saber la mejor.” Séneca.
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