Sacrificio Fiscal o Sacrificio Ficticio; Robin Hood
Todos pagamos impuestos, y no debemos caer en el error de creer o nos hagan creer lo contrario, solo porque no tenemos empresas o porque no tenemos que ir a una oficina gubernamental a realizar la declaración.

Sin embargo, debemos estar claros en que todos pagamos impuestos siempre ya sea a nivel de gobierno local en nuestra respectiva alcaldía o a nivel central.
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Por ello, es importante desglosar algunos de los impuestos que pagamos todos los meses, sin que nadie nos consulte, si podemos o queremos pagarlos.
En muchos casos han sido las propias empresas que han caído en el error de no detallar cuidadosamente los pagos que realizan sus empleados, ya que sus cheques solo muestran el valor final, después de impuestos. Vamos a utilizar el ejemplo de un asalariado que gana L35,000.00 mensuales, un salario difícil de alcanzar. Esta persona deberá pagar el municipal, impuesto sobre la renta a nivel de gobierno central, y también deberá aportar al Seguro Social, a los fondos de pensiones, y finalmente terminará con un ingreso neto de L30,000.00 mensuales.
A esto debemos sumarle los impuestos que pagamos cuando vamos al cine, cuando compramos un plato de comida, un café, cuando pagamos el internet o telefonía móvil. No podemos olvidar también que cuando nos vemos en la necesidad de utilizar el seguro social, tenemos esperar a que nos asignen una fecha o cita, y cuando por fin nos atienden, hay que costearnos con nuestro dinero los medicamentos y demás necesidades que se tienen.
Ahora bien, qué tal si decidimos analizar todos estos pagos desde otra óptica, es decir, ¿cuántas horas y días de trabajo los dedique prácticamente a generar el dinero suficiente para pagar impuestos? En el ejemplo utilizado, si dividimos los L35,000.00 mensuales entre los 30 días del mes, nos da un valor de 1,666.00 lempiras diarios. Calculemos entonces cuantos días de nuestro arduo trabajo fueron dedicados a obtener el ingreso necesario para pagar impuestos.
Si en aportaciones al seguro social e impuesto sobre la renta pagamos cerca de L5,000 lempiras mensuales, es como decir que prácticamente 1 semana de nuestro mes se dedicó únicamente a trabajar para el gobierno. Cuando sumamos lo pagado en todos los demás impuestos que pagamos en nuestro diario que hacer, esa cifra es mucho mayor.
Para quien trabajamos entonces, para nosotros mismos, ¿o para el Estado?
Muchos se preguntarán porque esta columna lleva “Robin Hood” en su título, ¿Qué relación tiene con los impuestos?
Dado que recientemente se mencionó al legendario héroe, me pareció relevante agregar un comentario al respecto. El folclórico héroe ingles que se dedicaba a “robarle al que más tenia, para darle al que menos tenía” dicen con orgullo los adoradores del Estado, y se escudan en ello para validar su labor de quitarnos el fruto de nuestro trabajo a través de los impuestos.
No obstante, es de común conocimiento que Robin Hood no robaba “al rico para dar al pobre”, Robin Hood robaba al sheriff de Nottingham, es decir al Estado, ya que sus funcionarios (el príncipe), utilizaban la fuerza pública para vivir en opulencia a costillas de los impuestos que cobraban al pueblo.
En efecto, Robin Hood fue un héroe, pero no de los adoradores del Estado, por el contrario, fue un héroe de los mas desprotegidos que es el pueblo que se le cobra impuestos los quiera o pueda pagar o no, de lo contrario, el Sheriff vendrá por nosotros a meternos a la cárcel.
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