Cuando hablamos de sueños nos referimos a proyectos, aspiracionales que anhelamos realizar. Normalmente el sueño es un primo cercano de la utopía, misma que sirve para caminar aunque sepamos que nunca llegaremos a ella como bien decía Eduardo Galeano. 

Recientemente, los resultados del sondeo de opinión pública del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicaciones (ERIC-SJ) revelaron que para el 46% de los hondureños un sueño familiar es tener un trabajo digno o tener una casa, un sueño que va acompañado de expectativas de cambio, ya que el 66.7% de los hondureños opinan que la administración de Xiomara Castro podría representar un cambio positivo para el país. 

Sin embargo, los sueños familiares y expectativas de cambio de las familias hondureñas pueden verse frustradas en la medida que los resultados de la administración de la presidenta Castro no lleguen; por ejemplo, en los resultados del Barómetro de las Américas 2021, el 69% de los hondureños reportó que su situación económica personal ha empeorado en el último año, datos que se agravan con los resultados del sondeo de opinión pública del ERIC-SJ donde el 86% de los encuestados considera que la situación económica del país es mala o muy mala. 

Esta situación económica no se reduce únicamente a percepción, sino que es una realidad que día a día vivimos los hondureños en un país donde 8 de cada 10 personas se encuentran en condiciones de pobreza o pobreza extrema. 

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Bajo esta realidad no sorprende que 6 de cada 10 hondureños consideran que la crisis económica y el desempleo sean el principal problema del país desplazando a la corrupción y la inseguridad al tercer y al cuarto lugar; no obstante, lo que sí preocupa es que el 75% de los hondureños no confíen en las instituciones encargadas de revertir esta situación (Congreso Nacional, partidos políticos y Corte Suprema de Justicia, etc), pero explica porque en el Barómetro observa que el 54% de los encuestados tienen la intención de migrar fuera del país a vivir o trabajar. 

Finalmente, dentro del panorama desalentador que atraviesa el país y que percibimos los hondureños aún queda una luz de esperanza y es que cuando le consultó por el ERIC-SJ qué sectores deberían participar en la construcción del país soñado el 43.8% de los hondureños encuestados respondieron todos los sectores, por tanto el reto está en habilitar los espacios de diálogo para generar consensos que garanticen la confianza para construir la Honduras soñada con empleos, casas digna y sin pobreza.

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