“Que el niño que fuiste no se avergüence del adulto que eres” Antoine de Saint-Exupéry

¿Podés verte al espejo?
¿Cómo te sentís?
¿Te hablas con amabilidad y sinceridad?
¿Te sentís orgulloso?
¿Ves a tu mejor versión con sus luchas, aciertos y desaciertos?
¿Reconoces a un ser humano perfectamente imperfecto en proceso constante de mejora?
¿Estás seguro no dañas a nadie?

VEA: La serenidad

Que cada vez que nos veamos, seamos conscientes de nuestras fortalezas y debilidades. Que veamos cómo estamos viviendo de forma extraordinaria sin dañar a nadie.

Cambiemos y mejoremos lo que haya que cambiar y/o mejorar. Pero siendo realistas y dueños nuestra vida y decisiones, sin andar buscando culpables por nuestras situaciones, que el único responsable de lo que uno hace y permite es uno mismo.

Resiliencia-fortaleza-amabilidad- responsabilidad- nuestra mejor versión

Los errores son un lugar de humildad y aprendizaje, son un lugar temporal, no son un lugar para quedarse y justificarse. Si lo hacemos, es cuestión de tiempo para que ni nosotros mismos nos reconozcamos y para que no nos guste el reflejo del espejo.

LEA: Que el valor agregado sea tu sello personal

Y si hablamos de tiempo, como escribió Mario Benedetti, “cinco minutos bastan para soñar una vida, así de relativo es el tiempo.”

Si no te ha pasado, deseo de todo corazón te pase, y seas soñador/a, así como adolescente pero con madurez. Que luches y trabajes por eso que te hace soñar, apasiona o querés en tu vida con emoción, ilusión y pasión, viviendo cada instante a plenitud. Y el tiempo es corto y pasa tan rápido que perderlo lamentándonos, culpando o inertes, no vale la pena.

Si lo aprovechás, soñás y luchás, entonces estarás viviendo en la magia de la que tanto hablo. No prometo lograrás tal cual eso por lo que estás luchando pero te aseguro que con el intento y el recorrido bastará y sobrará y necesitarás como decía García Márquez, “una vida para contarla”.

TAMBIÉN: La seguridad y salud en el trabajo