Cada octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) inicia a nivel mundial su “campaña rosa” para llamar la atención y generar conciencia sobre una enfermedad silenciosa que mata a las mujeres, sino es detectada a tiempo: el cáncer de mama.
En el país, los esfuerzos por colocar en las prioridades de las políticas públicas de Salud y del país este tema, son enormes, y los logros escasos, debido a un sistema sanitario colapsado, politizado, y sin recursos humanos y financieros que respondan ante la demanda sanitaria.
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Datos preliminares indican que para el 2020, Honduras registró 5,443 casos de cáncer, de los cuales 1,285 fueron nuevos casos de cáncer de mama, un dato que debe preocupar y obliga a reforzar las estrategias de prevención y educación.
En el llamado también “mes rosa”, diversas instituciones unen esfuerzos para visibilizar este problema que está quitando la vida a nuestras mujeres.
Una de ellas es la Fundación Hondureña contra el Cáncer de Mama (Funhocam), integrada mayormente por mujeres sobrevivientes de este tipo de cáncer y quienes por su experiencia saben cómo abordar y tratar esta enfermedad de la que poco se habla.
La extraordinaria labor de Funhocam les ha permitido llevar esperanzas y salvar vidas a cientos de mujeres que al acudir a los hospitales públicos se encuentran con citas o tratamientos para dentro de cuatro a seis meses, en el mejor de los casos.
Cuando les toca, ya el cáncer de mama ha avanzado y algunas murieron en el intento de salvarse.
De ahí los esfuerzos que alrededor de este tema hacen instancias como Funhocam y otros centros de ayuda en el país, a las que se ha sumado el sector privado y de los medios, en este caso Televicentro, Emisoras Unidas y tunota como parte de su compromiso de responsabilidad social.
Pero no basta con estos esfuerzos, la atención en Salud debe ser una prioridad, porque el cáncer de mama, como los otros tipos de cáncer, avanzan sigilosa y rápidamente en nuestro país, siendo las mujeres, indistintamente de su condición social, uno de los grupos poblacionales más afectados. Una de cada ocho mujeres hondureñas ha sido diagnosticada con cáncer de mama.
Los costos para el tratamiento no son accesibles para la mayoría de la población, y este año, el “mes rosa” inicia cuesta arriba para las mujeres que padecen de cáncer de mama, ante la falta de medicamentos en los hospitales públicos en una crisis sin precedentes.
De ahí que debemos unir esfuerzos para apoyar las iniciativas que buscan salvar vidas, generar esperanzas y dar aliento a las familias que tienen en su seno una paciente con cáncer de mama.
Es tan vulnerable el país, y somos tan vulnerables las mujeres, que este “mes rosa”, no puede ahogarse por la crisis sanitaria y la indolencia de las autoridades.
Es tiempo de coger fuerzas y ayudar a salvar vidas. Nuestras mujeres, lo merecen. Es el maratón por la vida.