El más reciente Informe de Desarrollo Humano en Honduras (IDH-2022) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), constituye una hoja de ruta de conocimiento y propuesta en torno a la Honduras que imaginamos.

Centrado en el Estado de derecho como eje transversal de las transformaciones que amerita el país, el IDH nos señala que, en materia de género e igualdad, la nación cuenta con al menos 11 normativas que sientan las bases para proteger y visibilizar a los sectores más vulnerables, entre ellos las mujeres y los menores, por citar algunos. Estas leyes van respaldadas por las convenciones y tratados internacionales de las cuales el país es suscriptor.

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Si de leyes y teorías se tratara, Honduras es un país que cuenta con bases jurídicas para frenar la brecha de la desigualdad y la inequidad, pero en la práctica, la historia es otra. La agenda de los derechos humanos, la agenda de las mujeres, niñas y otros sectores vulnerables sigue cuesta arriba, pues como bien cita el IDH-2022, los esfuerzos continúan siendo dispersos, los presupuestos raquíticos y la ausencia de una política pública integral y multisectorial complica el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.

En el centro de esa agenda gravita el tema de los derechos humanos, y una lucha que costó tanto a la sociedad como es la Ley de Protección para Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia, puede caer en inacción si el Mecanismo de Protección, como parte del Sistema de Protección, se debilita, lejos de fortalecerse por falta de visión política y estratégica.

En su función de asesorar a los entes responsables de ejecutar la Ley de Protección, el Mecanismo de Protección es uno de los mayores avances en materia humanitaria si de vigilar y proteger los derechos humanos se trata.

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El OACNUDH ha dicho en sus informes que en seis meses de este año se han registrado 82 incidentes en contra de defensores de derechos humanos y 24 periodistas. No son cifras de halago, son datos de preocupación. Divergencias de criterios han entrado al parecer entre los integrantes del Mecanismo y las nuevas autoridades de la secretaria de Derechos Humanos.

El llamado es al diálogo, pues la agenda de derechos humanos también compete a las mujeres. Y muchas se encuentran bajo la figura del Mecanismo de Protección y ahora su suerte e incluso su vida está en riesgo por el irrespeto a la Ley de Protección, señalan defensoras humanitarias.

El Estado de derecho se basa en los contrapesos, y solo el respeto a las leyes, la institucionalidad y los procedimientos, podrá evitar que la Ley de Protección caiga en punto muerto, repercutiendo negativamente en las libertades y la falta de acceso a una justicia efectiva, como es el caso de la violencia contra las mujeres y las niñas. Que las esperanzas cifradas en el nuevo gobierno no se estrellen con los anhelos del país y las mujeres: respeto a los derechos humanos y acceso a la justicia.

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